El defensor de Boca, Luciano Monzón, analiza su situación luego de su pase frustrado al Udinese y afrima que fue un error haberse ido: “Me apuré en irme, no estaba convencido”.

Jugó en la selección, en Boca, en el Betis de España, ganó un juego Olímpico al lado de Messi y tuvo chances de ir al mundial, todo en tan solo 23 años. Luciano Fabián Monzón vive una vida a mil por hora y entre tanto ida y vuelta hoy quiere recuperar su nivel en Boca: ” Ahora tengo que ponerme bien porque nadie me va a devolver el tiempo que perdí ni las cosas que dejé atrás”.

La ansiedad es el principal enemigo de Luciano Fabián Monzón, el defensor tuvo una grandiosa aparición en la primera división de Boca con muy buena actuaciones y rápidamente tuvo la chance de ponerse la camiseta de la Selección. Al ser internacional obviamente llegaron las ofertas de Europa y sin pensarlo mucho se fue del club con muy pocos partidos jugados y allí cambió su vida. Nunca se pudo acomdar y volvió, pero acá ya no era el de antes, su rendimiento no era el mismo y se notaba.

Sin embargo ante la falta de jugadores en su puesto tuvo participación y nuevamente la Selección comandada por Diego Armando Maradona lo llamó. Con la llegada de Claudio Borghi al club y la gran cantidad de contrataciones  realizadas el defensor creyó que era momento de probar suerte en Europa nuevamente y se fue a Italia, más precisamente al Udinese. Error, un problema en el corazón detectado durante el chequeo médico señaló el fin de algo que nunca había empezado y así volvió a Boca, una vez más.

Hoy se siente arrepentido y quiere recuperar todo lo perdido:  “Por ahí me apresuré en la decisión de irme, no estaba convencido. Salió mal y ahora tengo que ponerme bien porque nadie me va a devolver el tiempo que perdí ni las cosas que dejé atrás. El único perjudicado en todo esto fui yo”.

Hoy afirma que se está recuperando de un bajón importante: “Me costó mucho volver a empezar, perdí la pretemporada, perdí el lugar… Con Borghi lo tenía asegurado, estaba hablado con él. Me había preparado para ser titular y ahora perdí el puesto. Estuve casi un mes parado porque allá no me dieron las instalaciones para entrenarme. No me caigo, pero me cuesta aceptar lo que pasó y todo el tiempo que perdí”.

En cuanto al rechazo del Udinese aseguró: “La verdad es que me quedó la incertidumbre, no fue algo concreto. Todo había salido perfecto, no entendí lo que ocurrió. No hubo nadie que me dijera: “Pasó esto y esto”. Por eso yo me volví, pero me quedó esa pica de no entender nada”. Ellos sabían de mi patología, estaba charlado, me dijeron que viajara que ya sabían lo que tenía, que se iba a hacer igual el pase, pero fue todo al pedo”.

Finalmene hoy aclara que habló con Borghi, que se siente bien y que lo del corazón es algo que no lo afecta: “Claudio se preocupó mucho por los rumores. Hablé con él, le dije que estaba todo bien, que le preguntara a los médicos. Le explicaron que no había problemas y volví a entrenarme, a empezar de nuevo. Y acá estoy, peleándola. Nunca antes había tenido problemas por esto. No es grave, no me afecta deportivamente ni como persona”.