Viatri, que venía de convertir dos goles, fue uno de los pilares ofensivos de Boca y, si bien no pudo marcar, asistió a Mouche en el gol que definió el partido.

Lo habían cuestionado a Viatri. En la primera fecha (contra Olimpo) no tuvo un buen partido: tocó muy poco la pelota y los escasos remates que tiró se le fueron lejos. Se habló mucho de su tendencia a alejarse del área, siendo nueve solitario. Pero ésa tendencia, manía o como quieran llamarle, ayer lo ayudó a ser clave en la victoria de Boca ate Newell’s.

“El 9 vive del gol”, dicen los que saben de fútbol. Está claro que sí, pero en el día de ayer Lucas vivió un partido en el que sin convertir, se transformó en uno de los principales ejes ofensivos del conjunto azul y oro. Si hasta fue el gestor de la jugada que le dio los tres puntos al Xeneize.

Luego de varios toques, Riquelme le pasó la pelota a su amigo Viatri, quien la recibió afuera del área (lo que le recriminaban). Lucas aguantó su posición, giró muy bien ante su marca y vio a Mouche picar en diagonal. Sin dudarlo, le tiró una pelota recta que rompió la línea defensiva de “La Lepra” y dejó solo a Pablo quien, mano a mano ante el arquero, definió con un toque suave que terminó metiéndose junto al palo derecho del arco que defendió Peratta. En un par de segundos, el nueve le sirvió el gol al recién ingresado Mouche.

Venía de una filosa actuación ante el “Tatengue”: marcó dos goles y se perdió varios más. Ahora, no convirtió pero hizo el pase del gol que hace que Boca sea puntero y se prenda en la lucha por el Apertura. Lucas Viatri, si no mete, suma.