Entró en el segundo tiempo, y en los primeros seis minutos de juego empató el partido. Con dos goles, Guillermo Marino le dio el empate a Boca, que se había ido al descanso con el resultado en contra, 0 – 2.

Inicio del campeonato como local ante Argentinos Juniors. Chance inmejorable para empezar con el pie derecho, por lo menos en la teoría. Una vez más quedó demostrado que los partidos se ganan adentro de la cancha.

En el inicio, el encuentro fue parejo: Boca abusaba del pelotazo constante para Palermo y Argentinos no lograba inquietar a Abbondanzieri. El equipo local tuvo chances concretas para ponerse en ventaja, una en los pies del chileno Medel, tras asistencia de Battaglia y la otra en la cabeza de Gaitán, pero también se fue desviado.
La primera chance para los visitantes estuvo en un remate potente de Domínguez que el “Pato” no pudo contener y finalmente fue despejado por la defensa. Era un aviso de lo que vendría. El “Bicho” fue contundente: centro desde la izquierda, cabezazo de Hauche y a la bolsa. Los dirigidos por Borghi daban el primer golpe en la Bombonera ante la atónita mirada del público xeneize que no lo podía creer. Como si esto fuera poco, cuando se cerraba el telón de los primeros 45 minutos, Gianni, por la misma vía marcó el segundo, aunque esta vez el centro fue enviado desde el otro sector. Picó fuerte el “Bicho” en La Bombonera y daba el batacazo.

Rosada por Medel y Marino por Gaitán, fueron los cambios de Basile para intentar revertir la historia en la segunda parte. Battaglia pasó a jugar de volante por derecha, dejándole el centro al ex – Chacarita. Boca salió a matar o morir, necesitaba sí o sí remontar el marcador. El descuento no se hizo esperar: tras un corner, Marino vulneró a Torrico y renovó las esperanzas del pueblo xeneize. Cinco minutos más tarde, el volante sería nuevamente el eje de todas las miradas tras sacar un zapatazo fortísimo que dejó sin respuestas al arquero visitante, decretando así el 2-2. Créase o no, Marino estaba desplegando una de sus mejores actuaciones con la camiseta de Boca en su regreso al club e igualaba el encuentro de manera formidable.

Argentinos inquietaba esporádicamente pero sin mayor riesgo, al igual que en la primera parte y Boca, tras unos 10 minutos avasalladores, volvió al ritmo lento y sin ideas de la primera parte. La mejor chance que tuvo el local para quedarse con los tres puntos fue un disparo de media distancia de Mouche que se estrelló en el travesaño. No hubo tiempo para más acciones, el partido finalizó 2-2. Un nuevo empate para Boca que es positivo por cómo fue el desarrollo del partido pero negativo por la falta de ideas a la hora de la tenencia del balón y las fragilidades defensivas, más que nada en las pelotas aéreas, problema que se viene repitiendo desde principios de año, sin solución alguna por el momento. Si Boca ganó un punto o perdió dos, lo veremos al fin del torneo… ahora solo queda mejorar de cara al próximo partido ante Lanús, en condición de visitante.