Boca ya lleva casi una semana de pretemporada y el plantel comienza a intensificar las cargas de cara a lo que viene. La mayoría de los entrenamientos se dan en el predio de Ezeiza, aunque también hay algunas partes en la pileta del hotel donde se concentran los jugadores los días de doble turno. El 2023 está cada vez más cerca, por eso llegó la hora de apretar el acelerador.
Mientras el Consejo de Fútbol trabaja para sumar refuerzos, además de analizar algunas posibles salidas a préstamo, los futbolistas buscan demostrarle al entrenador que quieren ser importantes en el año entrante e intentan ganarse el lugar a través de los hechos.
Sergio Romero, uno de los que todavía no pudo debutar con la casaca azul y oro, se encuentra en óptimas condiciones físicas y está a la par de sus compañeros. “Chiquito” no se tomó vacaciones y durante el receso por el Mundial asistió al Centro de Entrenamiento para avanzar en la recuperación de la lesión en su rodilla.
El esfuerzo está dando sus frutos y el exManchester United cumple con normalidad la rutina impuesta por el preparador físico y el entrenador de arqueros Fernando Gayoso. Mientras Agustín Rossi resuelve su futuro, él busca cumplir otro de sus grandes objetivos: defender el arco xeneize por primera vez.
