En su vuelta, el “Tito” se mostró conforme con el desempeño del equipo ante Arsenal.  “Lo que más rescato es que el equipo se levantó del gol del empate”, resaltó el entrenador.

En tiempos difíciles siempre hay alguien que le pone el pecho a las balas. Roberto Pompei se hizo cargo de este Boca en llamas y apagó el primer incendio. El técnico lamentó no haberlo definido antes, pero igualmente se fue conforme con el trabajo de sus dirigidos:

“Buscamos un equipo equilibrado y con intensidad a la hora de defender. Lo que más rescato es que el equipo se levantó del gol del empate. Más allá de los errores, que se suplieron con entrega.”

“Tuvimos chances para ganar más cómodo por las situaciones que tuvimos, pero no pudimos. Lo ganamos como lo teníamos que ganar.”

Le dedicó un párrafo aparte a Sergio Araujo, el juvenil que, junto a Chávez, le dio un vértigo importante al equipo:

“Hace dos o tres partidos que está jugando con una intensidad interesantísima. El tipo encaró cuando tenía que encarar y se tiró al piso para recuperar.”

Sabiendo lo complicado que es dirigir la Primera, el “Tito” se encarga de aprovechar cada segundo de esta experiencia:

“Un técnico tiene que ganar todo para venir a Boca y a mí me tocó distinto. Por eso, disfruto y asumo con total responsabilidad este momento.”

“Saben que soy del club y estoy acá para poner el pecho en esta situación.”

Sobre el cierre, explicó cuál fue su mensaje para levantar al grupo tras la caída en el superclásico y dejó en claro que aún quedan cuatro finales:

“Les dije que entraran pensando en ganar el partido. Hablé con ellos para que saquen de adentro el gran jugador que tienen.”

“Este es el camino, lo más importante es que cada uno de ellos se reencuentre con lo bueno que son como jugadores, eso que los llevó a ser ídolos.”

De la mano del “Tito”, Boca renueva sus ilusiones en este cierre del Apertura.