El arquero más decisivo que tuvo Boca en los últimos años. El que apareció en los momentos donde el equipo se caía a pedazos para sostener todo. El ataja penales. El de las voladas contra River y también el de los títulos locales.

El que recibió el apoyo genuino del hincha en cada momento determinante de su paso por Boca. El que contó con el privilegio de tener el sostén de la Bombonera aún sin ser un futbolista consagrado o surgido de la casa. No hay que olvidarse que la banca estuvo luego de aquel grosero error contra Palmeiras, en la fase de grupos de la Libertadores 2018, pero también cuando su situación contractual se complicaba.

«No vuelve a Argentina: Rossi se bajó en Madrid y pasará al Al Nassr» — Planeta Boca Juniors

La salida de Agustín Rossi, quien seguirá su carrera en el Al Nassr para luego marcharse a Flamengo, con quien firmó un precontrato hasta 2025, explica muchas cosas: que esto (el fútbol) es por plata y que para ellos (los jugadores) es un trabajo; que el sentido de pertenencia por los clubes cada vez es menor; y que el famoso “amor por la camiseta” no es para todos los casos.

Bajarle el precio a su labor en el club sería desconocer la historia. No es por ahí. Al fin y al cabo, sin sus atajadas, el escudo quizá tendría alguna estrella menos. Pero las formas siempre importan, por eso duele que entre negociación y negociación no le haya quedado ni siquiera un minuto para aunque sea despedirse de quienes jamás le soltaron la mano: los hinchas. En fin, por algo el escudo siempre estará adelante de la camiseta y el apellido atrás.