En esta sección les presentaremos una serie de escritos que reflejan la pasión por Boca Juniors. En esta entrega, un nuevo Día del Hincha de Boca.

Es cierto: desde el primer 12-12, la primera vez que festejamos en 2012, este día ha ido cambiando. Desde aquella primera vez, fecha que tenía todas las lógicas posibles, con el tiempo fue mutando este día que a todos les toca de diferente forma. Hay quienes y de manera muy razonable, que deberíamos festejar el 3 de abril, o el 10 de septiembre, fecha de nacimiento de Victoriano Caffarena, por quien nació el mote del Jugador Nº 12.

También que este día pierde sentido si el Club no se hace cargo, y más desde el año pasado en que más que el Día del Hincha de Boca, parecía ser el día contra el hincha de Boca. Sin puertas abiertas, represiones, un destrato típico de estos últimos años… Este año, tampoco habrá un compromiso institucional para con el hincha, quien pese a estos tiempos que pasaron -los más oscuros- sigue estando con el amor, más fuerte.

Por eso, hoy hay que festejar. Por el amor…

Las calles son nuestras

“La esencia de Boca estaba el domingo en la calle” me dijo, en estos días, Marcelo. Marcelo es de Mar del Plata y entiende a Boca como lo que es: un pilar fundamental de nuestras vidas. Por eso festejamos. Por eso hay que celebrar el amor que se vio reflejado en las últimas horas. Porque si no fuésemos como somos, nos daría todo igual. Pero es que Boca no es igual a nada.

Estamos presentes y estaremos. En honor a esos cinco pibes que de la nada, generaron nuestro todo. De esos pibes que soñaron a lo grande, para que nosotros no nos quedemos en la vereda de la mediocridad. Para entender que lo que nos pasa con Boca y lo que genera Boca, no lo genera nada.

¿Pero qué nos da Boca? Si los que ganan guita son quienes patean, no los que estamos del otro lado. ¿Por qué hoy vamos a salir a festejar, con este calor insoportable, a abrazarnos con otras personas que no vimos nunca, todos pegajosos? ¿Por qué vamos a tener la sonrisa como bandera?

Porque esto es Boca. Y lo que nadie entiende es que nos da cosas invalorables. Cosas que la gente común no comprende. Nos da impulsos para sentirnos tan importantes, como creer que podemos modificar el destino. Porque con nuestro aliento, podemos vencer al enemigo. No, no digo el que está dentro de la cancha o en la otra tribuna, ese es rival. Hablo del enemigo de la vida. Ese señor que viene a recordarnos cada tanto que somos temporales. Por eso somos de Boca, porque sabemos que es el único sentimiento infinito por algo.

Por eso salimos a festejar. Porque ya vivimos el peor de los inviernos. Ya sufrimos el frío asfixiante de quienes no entendieron de qué lado estaban. Quienes negociaron, la casa, la sangre y el alma. Quienes quisieron hacerse pasar por nosotros, siendo que nunca lo fueron. Por eso vamos a cagarnos de calor, a meter los pies en cualquier fuente, porque somos el pueblo. Esa multitud que siente y sufre, que ríe y llora. Ese barrio hecho club, ese lugar en el mundo donde conducen todos nuestros caminos.

Por eso hoy vamos a flamear la sonrisa azul y oro. Vamos a encendernos los ojos, con el brillo propio de quienes viven enamorados. Con la fuerza típica de quienes abren el pecho y van con el corazón en la mano. Con la emoción de quienes día a día, reconocen a su primer amor.

Ahí estaremos, los dueños de las calles más hermosas de todas, los historiadores de las maravillas, los festejadores de eternidades, las que inclinaron la balanza para volver, las esenciales… ¡Vamos las pibas! Ahí estaremos con nuestros recuerdos a cuestas y con las hojas por escribirse. Con la idolatría personificada, con la salvación de las bases, con los abrazadores del desahogo. Con los estandartes de la resistencia, con los elevadores de los colores. Con esos dos colores que nos elevan…

El amor vence

Hoy es nuestro día. El día en que volvemos a respirar nuestra mística multicolor en las chapas de La Boca. Hoy que volvemos a caminar con la seguridad de que empezamos a reinventarnos. Que volvemos a sentirnos alegres, dentro de la felicidad eterna por ser de Boca.

Porque hoy cuando nos miremos con el bostero o la bostera, cuando levantemos los brazos para cantar lo mismo, nos habremos llenado de ilusiones renovadas. Porque en cada emoción estará mi viejo, Rubén; estarán mis hermanos que me han sabido abrazar envuelto en banderas; estarán Benja, Franco, Lucas. Estará Pedro, junto a Heber y Alicia, que volvieron para nunca más irse. Estará Marcelo, levantando una copa y brindando a la distancia; Ale, que siempre está alentando; Paulita, que en su fuerza está la de tantas; Federico, emocionado desde Córdoba… Estaremos todos y todas festejando un nuevo día del hincha de Boca.

Estaremos plenos, enteros. Estaremos con las pulsaciones a mil. Estaremos más vivos que ayer, porque como escribieron en Mundo Xeneize, parafraseando una canción icónica de nuestro cine: “A Boca le habían robado el corazón y le habían lavado la cabeza. Pero el amor es más fuerte”.

Por eso vamos a festejar hoy. Porque el amor que tenemos por Boca es el más fuerte, fuertísimo de todos. Porque pensaron que nos robarían el corazón, porque creyeron que nos habían lavado la cabeza. Pero no. Al pueblo no se le miente, al hincha de Boca no se lo engaña fácil.

Por eso hoy vamos a festejar con más ganas. Porque somos el Pueblo y el Carnaval. Porque son tiempos de los sermones más felices que hay; porque somos todos bienvenidos al mejor show de la linda fe sonriente. Y, sobre todo, porque nos merecemos bellos milagros… Que ocurrirán.