Luca Langoni sueña despierto. El pibe de Laferrere no acumula ni 30 partidos en Primera División, pero ya es la figura de Boca. Con perfil bajo y sin tanto contacto con la prensa, el delantero juvenil no necesita de los flashes de las cámaras ni la manija de las redes sociales para sobresalir. Le alcanza con estar en el lugar justo, en el momento indicado.

La lesión de Sebastián Villa fue un mazazo. La de Exequiel Zeballos, peor aún. Para todos, en especial para los hinchas, menos para Hugo Benjamín Ibarra. El Negro tenía un plan y lo ejecutó. Su experiencia como DT de la Reserva le permitió confiar en el delantero extremo que aprovechó la oportunidad y no dejó escapar la chance.

Esta historia empezó contra Atlético Tucumán, cuando entró y dio vuelta el resultado ante una Bombonera eufórica. Siguió en Santa Fe frente a Colón, cuando capturó un rebote y la mandó a guardar. Y se confirmó en Mendoza vs. Godoy Cruz, en Junín vs. Sarmiento y en el decisivo partido vs. Gimnasia en El Bosque. Hasta ahora, Langoni lleva 6 goles en la Liga Profesional y le dio 13 puntos vitales a los suyos.

Tiene apenas 20 años y con sus gritos le da felicidad hasta a los padres y abuelos que ya vieron a Boca campeón de todo, pero siguen reavivando el fuego sagrado cada vez que él la emboca. ¿Será consciente de lo que está provocando en la gente?