Esta nota demuestra que la pasión por la azul y oro no tiene fronteras. A partir de un viaje por Madrid y Barcelona, PBJ te cuenta cómo se vive la locura “xeneize”.

Hoja de Ruta

Grande. Grande por sus títulos (18 internacionales). Grande por su gente. El vuelo con destino a Madrid había aterrizado, lejos estaba el dulce de leche, el asado, la Argentina. A lo lejos vi una gorra blanca, me acerqué y efectivamente, era del Xentenario. Ya me sentía como en casa. Al pasar las excursiones me fui topando con más personas que mostraban su amor por los colores azul y oro. En el mismísimo Santiago Bernabéu, Estadio del Real Madrid, un cordobés llevaba puesta una chomba del club de la ribera con mucho orgullo: “Es la más grande que hay”. Los españoles todavía recuerdan aquella madrugada con los dos goles de Palermo como una gran puñalada. En un restaurante cerca de la Plaza Mayor, otro ícono de España, se exhibía un cuadro del glorioso equipo de Boca de la década del ´70. Por más lejana que sea la distancia, la bandera siempre se lleva consigo. En los alrededores del Palacio Real, más precisamente en el Parque del Retiro, un niño lleva consigo la casaca amarilla que se hace ver sobre todo el resto de las remeras de los turistas. El prestigioso Museo del Prado es testigo de otra presencia bostera en el Viejo Continente, esta vez el escudo se posa sobre el corazón de un residente español.

En plena Barcelona, tierra de adoración a Lio Messi, se hace presente la camiseta con la que Riquelme patentó su famoso Topo Giggio. La lleva un joven, no tan joven, en su motocicleta.

Grande. Boca Juniors es grande. Los colores traspasan la General Paz, las provincias argentinas, el continente sudamericano y se esparcen por todo el mapamundi.

Por Federico Aboy Solanes


¿Cuál fue el lugar más extraño donde te encontraste con un hincha de Boca?