Con Samuel, Inter venció 1-0 al CSKA Moscú por la ída de los cuartos de final de la Uefa Champions League. Ahora, deberá definir la serie en territorio ruso.

Ya quedan tan sólo ocho equipos en la competencia y el Inter es uno de ellos. No hay margen de error, no hay tiempo para confusiones, todo debe ser a paso firme. Sino, afuera. El conjunto italiano recibía al CSKA Moscú, en un encuentro que pintaba ser bastante accesible. No lo fue.

La figura del arquero visitante Akinfeev se fue agrandando con el correr de los minutos, ahogándole una y otra vez el grito a los jugadores neroazzurros. Parecía estar todo predestinado para que la pelota no ingrese en la portería del ruso.

El tiempo pasaba y la paciencia se iba acortando, aunque Mourinho confiaba en su equipo y no hacía cambios. A los 20 minutos de la segunda etapa, Diego Milito, que recibió del holandés Sneijder, sacó un fortísimo remate rasante al palo derecho y dejó sin reacción, por primera vez en el partido, al arquero.

El grito estalló en las tribunas, quizás en parte por toda la bronca acumulada en el resto del encuentro. Inter ganó el partido, pero la diferencia pudo ser aún mayor ante un equipo que mostró tener limitaciones futbolísticas.

Samuel tuvo una labor correcta, aunque no fue muy exigido por los rivales. De esta manera, el conjunto del argentino deberá definir la serie en Moscú. ¿Lamentará el Inter los goles errados o solamente quedará para la anécdota y estadística?…