“Quiero jugar en Boca”, le dijo Juan Ramírez a San Lorenzo hace menos de dos semanas. E hizo fuerza que su sueño pueda cumplirse: se negó a firmar planilla en la primera fecha de la Liga Profesional y dejó en claro en el club que su futuro estaría en Brandsen 805. El Xeneize, conmovido por la actitud del volante, hizo su parte: mejoró la oferta y a los pocos días presentó al oriundo de 25 de mayo.

“Estoy donde quiero estar”, declaró en la conferencia de prensa, mientras posaba con la 20 azul y oro. Y una sonrisa pintada en la cara. Con un entrenamiento encima, armó las valijas y viajó a Córdoba con sus compañeros para jugar contra Talleres. En un flojo partido del equipo de Russo, Ramírez fue de los más destacados. Aunque se perdió un gol clarísimo por querer cedérselo a Pavón: “Me voy con bronca, tendría que haber pateado al arco”, declaró post partido.

El estadio Ciudad de La Plata lo esperaba para su primer Superclásico: Boca-River, octavos de final de Copa Argentina. Uno pasa. El otro, afuera. Juan volvió a ir desde el arranque y puso su zurda indescifrable al servicio del Xeneize. Le dio aire a un equipo que se quedó rápidamente sin piernas luego de una primera media hora de gran intensidad. No lo pudieron agarrar: hizo amonestar a cinco jugadores del rival.  Pidió la pelota y siempre produjo algo bueno. Una falta, un buen pase, una gambeta.

Como si fuera poco, y simbolizando su actuación, en una de las últimas jugadas del encuentro Héctor Martínez se lo llevó por delante y, no solo lo dejó tendido en el piso, sino que hasta le arrancó un diente. “Mañana me lo voy a arreglar y quedará como nuevo” , comentó casi entre risas en su charla con el canal oficial del club.

El partido terminó 0 a 0 y la definición fue a los penales. Rojo adelantó a Boca y Rossi se volvió a convertir en figura para tapar el de Julián Álvarez. Al surgido en Argentinos Juniors le tocaba hacerse cargo de la gran responsabilidad de confirmar la ventaja y empezar a encaminar una nueva eliminación a River. Tomó carrera, abrió el pie y la puso en el ángulo superior de Armani. ¿Los zurdos la cruzan? Afuera viejos refranes.

“Fue un lindo partido,  pudimos ganar y estamos muy felices. Boca es Boca, es un mundo aparte. Me tocó llegar hace poco y adaptarme de la mejor manera. Hay que seguir por más”, declaró el jugador que necesitó tan solo una semana para meterse en el corazón del pueblo xeneize. Y ahora va por más.