Cuatro días después de ganarle el Superclásico a River en la Bombonera, Hugo Ibarra bajó un mensaje claro en conferencia de prensa. El DT habló de cómo se construye la mística, del poder de convencimiento que necesitaban los jugadores y de que no hay nada más importante para un plantel que la confianza en el trabajo propio. Hace pocas horas, Marcos Rojo, capitán del Xeneize, lo respaldó y aseguró que su mensaje les llega.

Luego de la dolorosa eliminación en la Copa Libertadores, el Negro logró acomodar el barco. A su manera y con sus formas, el histórico ex lateral derecho hizo que millones se ilusionen con ganar un nuevo torneo local. El equipo no juega bien, no brilla desde lo colectivo y hay veces que no está a la altura. Eso está clarísimo y ningún resultado lo puede tapar. Sin embargo, como viene ocurriendo a lo largo de todos estos años, Boca está en la pelea y al resto le cuesta bajarlo. Por algo será.

Esta tarde, el último campeón visitará a Godoy Cruz en Mendoza y se jugará una ficha importante. Hay partidos que en la previa venden poco, pero que adquieren valor con el correr de las semanas. Y este, sin dudas, es uno de ellos. Si Boca se lleva los tres puntos del Malvinas Argentinas, quedará como único líder de la Liga Profesional y le meterá presión a Atlético Tucumán.

Con Weigandt y con Sandez. Con Varela y Pol Fernández. Con Langoni y Vázquez. Con el apoyo y el empuje de más de 15 mil hinchas que hoy harán de neutrales, pero gritarán por Boca. Con lo que hay y también con lo que falta. Con el escudo y con la camiseta, que no ganan partidos, pero intimidan. Hoy, una vez más, cueste lo que cueste.