Cuando parecía que San Lorenzo iba a ganar el encuentro, Boca alcanzó el empate agónico gracias a un cabezazo de Martín Palermo, que se fue expulsado por doble amarilla.

Los dirigidos por Basile comenzaron el encuentro mostrando un gran juego, con pases precisos y en velocidad, comandado en su totalidad por Nicolás Gaitán. En una de las primeras jugadas, el defensor azulgrana Pintos comete un claro penal que el árbitro consideró “mano casual”, aunque lejos estuvo de serlo.

Minutos más tarde, a los 8, Nicolás Colazo conectó un centro enviado por su tocayo Gaitán y la pelota tuvo destino de red. Boca plasmaba en el marcador la superioridad que mostraba en el campo de juego.

A partir de ese momento, San Lorenzo fue en busca del empate explotando su sector derecho y teniendo como cabecilla a Diego Rivero en un gran nivel. El volante desbordaba con facilidad a Monzón y dejaba un surco por ese sector. Como no podía ser de otra manera, tras un centro atrás del mediocampista, Kily González la enganchó de media distancia y, desviándose en Gunino, el balón ingresó al arco ante la atenta mirada de Abbondanzieri que no lo podía creer.

Sin poder levantarse de ese golpe de mala suerte, Boca recibió el segundo. Bordagaray vio adelantado al arquero xeneize y con un gran remate desde lejos puso en ventaja a los dirigidos por Simeone.  Hasta el fin del primer tiempo, San Lorenzo fue más y se veía potenciado por las ventajas defensivas que daba, como en todo el 2009, el fondo rival.

La segunda etapa fue distinta. Basile metió a Matías Giménez por Adrián Gunino, pasando Medel a la posición que dejó el uruguayo, para tener más poder ofensivo. Gaitán seguía inquietando y al minuto sacó un remate fortísimo que atajó de gran forma Migliore. No parecía ser la noche xeneize hasta que, tras otra gran jugada de la joya de Boca y tras un rebote en un palo, Viatri marcó la igualdad.

El número nueve se encontró a partir del gol con dos chances más pero la suerte le fue esquiva: una fue desviada y la otra contenida por el arquero de San Lorenzo. Furchi seguía siendo parejo: notoria falta de Morel a Gómez adentro del área pero el juez la vio afuera. Minutos más tarde, cuando estaba jugando mejor Boca, Bottinelli puso de cabeza arriba a su equipo.

Ingresaron Palermo y Mouche y todo Boca fue en busca del empate. Los de Basile se vieron favorecidos por una expulsión injusta, comparando con todas las patadas que fueron “levemente” sancionadas, del pibe Bertocchi y, en el minuto 93 llegó a la igualdad a través de un cabezazo del interminable Martín Palermo. El “Titán” ya estaba amonestado y vio la roja tras sacarse la camiseta en el festejo. Se suma otra página al film y la tarjeta queda para la anécdota.

Partido trabado y friccionado, con seis amonestados y dos expulsados y un desenlace en el último instante. Viejos rencores, antiguas peleas y un clásico que no distingue entre partidos oficiales y de verano. Todos los condimentos le dieron color a la noche marplatense que nada, pero nada, tuvo de amistoso.