En esta sección les presentaremos una serie de escritos que reflejan la pasión por Boca Juniors. En esta entrega, palpitamos la consagración.

Uno se va pero siempre vuelve. A los lugares, a los amores, a los amigos, a la familia. Uno se deja conquistar por el extrañamiento cuando se va, para regresar. Para volver.

Este domingo voy a volver a mi lugar, a mi amor, a mis amigos, a mi familia. Luego de comer un Choripán en lo de Quique, como el asado de los domingos que te hace tu viejo, voy a entrar y sentir la vibración de siempre. Esa que me acompaña desde la primera vez y diferente a muchas cosas, nunca varió ni se apagó.

Uno escuchará a los más grandes discutir de fútbol, de equipos de antaño, de glorias que no vimos pero respetamos, seguramente alguno va a decir que antes se jugaba mejor, que la pelota de trapo era con lo que había que empezar, a alguno se le escapará el “yo con todos los caños que hice, ayudé para armar el Acueducto”.

Los más chicos estarán jugando con botellas o tapas. Allí no importa si la pelota se le escurre al arquero, si está desinflada o cualquiera de esas incidencias. Ahí el poder de la imaginación gana y el de la historia también. Varias remeras con el nombre de Palermo o actuales como las de Román correrán y gritaran miles de goles. A medida que vayan creciendo se darán cuenta de que el fútbol a veces deja de ser un juego y se tienen que acostumbrar a verlo y a rememorar esas veces.

Al entrar, el silencio va a ser aún más impactante. Como cuando uno llega a su casa luego de mucho tiempo y hasta que no llegan los primeros en saludar hasta se asusta por el silencio, por lo mudo que se encuentra todo. A veces gusta, porque allí uno cree escuchar viejas voces, viejos momentos. Los recuerdos lo llenan a uno y por eso vuelve.

Yo este domingo voy a volver. A esa que es mi casa. Que me permite escuchar cuando está en silencio, sin nadie, tambores viejos, goles de otras épocas, una casa que tiene mucha historia y que tiene mucho que contar. La Bombonera se vestirá de fiesta y yo cuando entre voy a estar emocionado como la primera vez. Voy a volver a estrechar esa relación que nos une. Voy a ir con amigos, le voy a decir por dentro que lo que siento es amor, sin más.

La voy a besar por más que de besos al aire, le voy a decir te extrañé como hago varias veces con mi casa. Que la extrañé tanto para volver y que la amo mucho más por la misma razón.

Los invitados llegarán puntuales y todos nos abrazaremos y compartiremos las mismas cosas sin decírnoslas. El color, la pasión y la emoción llegarán. Como siempre. Como pasa en todas las familias, en los amores, en los amigos en los lugares que son de uno pero que se convierten en los de la mayoría del país.

El domingo voy a volver. Y va a haber fiesta.

¡QUÉ HERMOSAS SON LAS VUELTAS!