Marcelo Cañete usó la número diez, que venía siendo propiedad de Riquelme. El 8 de julio de 1984, Fabián Peruchena también lo hizo en su único encuentro como profesional.

La renovación de quien mejor supo llevar en el dorsal de su camiseta la número 10, después de Diego Maradona, claro, sigue en un pozo. Mientras tanto, a un par de miles de kilómetros del Complejo Pedro Pompillo, se pudo ver a otro enganche desplegando todo su talento dentro del Westpac Stadium, de Nueva Zelanda. No era Román. Era Marcelo Cañete.

Alguna vez, hace unos 26 años, exactamente un 8 de julio de 1984, Boca Juniors recibía al recién ascendido Atlanta en La Bombonera.

Eran otros tiempos. El club estaba prácticamente quebrado, el estadio parcialmente clausurado y los jugadores profesionales en huelga por problemas contractuales y atrasos en los salarios.

Así, para afrontar el compromiso, el club tuvo que acudir a sus golpeadas inferiores para que pisen el gastado pasto del por entonces Camilo Cichero.

Como el presupuesto era prácticamente nulo, y al usar Atlanta su camiseta tradicional tras ganar el sorteo, el primer equipo de Boca tuvo que acudir a unas remeras blancas de entrenamiento, las cuales fueron numeradas por los utileros con marcadores negros.

Aquella tarde en la que el Bohemio venció por 2 a 1, el honor de vestir la gloriosa camiseta número 10 de Boca Juniors lo tuvo Fabián Carlos Peruchena, pero sus esfuerzos no hicieron más que borrar el frágil número pintado en su espalda. Lamentablemente, su carrera futbolística corrió la misma suerte. Nunca más volvió a jugar.

Distinta es la situación que hoy vive el club más ganador del mundo, junto con el Milan de Italia. Hoy, Marcelo Cañete debutó con la pesada número 10. Esperemos todos que la única coincidencia con aquel curioso episodio de hace 26 años sea el resultado negativo del partido.

Su suerte será otra. Que la historia me juzgue.