Si hoy empieza la “verdadera Copa”, Tevez lleva la bandera de Boca en la mano para la parte más importante del torneo. Que sea.

Somos los que te vimos crecer y salir a la cancha con esas camisetas holgadas, que te quedaban varios talles más grandes, los que disfrutamos de esa picardía única para jugar a la pelota y los que enloquecimos en la recta final de la Copa Libertadores de América 2003, cuando te hiciste gigante en el Morumbí para gritar campeón por primera vez.

También somos los que nos emocionamos a más no poder con tu regreso en 2015, cuando dejaste en claro que el amor por los colores puede más que cualquier cosa, y llenamos la Bombonera un día laborable a las siete de la tarde, produciendo un hecho inédito en la historia del fútbol mundial.

Por supuesto que somos los que gritamos los goles a River, como aquellos del 2004 o del 2016, y los que nos contuvimos ante las derrotas más dolorosas de todas. Porque siempre supimos que juntos, en las buenas y en las malas, todo se pasa mejor.

La salida a China todavía nos sigue generando preguntas y hasta divide las opiniones, pero el título de la Superliga Argentina se encargó de poner las cosas en su lugar. Porque una mala decisión no puede tapar la idolatría hacia un tipo que es del riñón del club.

Hoy, a las 21.30 en Porto Alegre, para muchos de nosotros comienza la verdadera Libertadores. Por eso, como tantas otras veces, nos volvemos a ilusionar. Y si vos decís que “hay que estar todos juntos para ganar la séptima”, no nos queda otro remedio que correr con vos. Vamos por tu sueño, que también es el nuestro.