Un breve escrito para celebrar los 47 años de Martín Palermo. ¡Salud, goleador!

En La Boca, en Brasil, en Japón y también en el Mundial.

En las buenas, cuando la gente sobra, pero sobre todo en las malas, cuando aparecían los que se reían por algún blooper que te dejaba en ridículo ante el mundo.

En las noches de gloria, en los Superclásicos, en esas campañas olvidables que tenían al equipo deambulando por la mitad de la tabla y en esa tarde tan triste, en la que decidiste jugar tras el fallecimiento de tu hijo para no fallarle a la camiseta que tanto te dio.

En los días de golazos, como aquella chilena contra Banfield en la Bombonera, pero mucho más en las jornadas en que el mundo parecía venirse abajo y los oportunistas de siempre asomaban la cabeza.

En la Copa Libertadores, en la inolvidable Intercontinental contra el poderoso Real Madrid y también en esos amistosos que solo servían para decorar un verano caluroso.

Felices 47, Martín. Lo que hiciste por Boca no se olvida en la vida.