Boca ganó el clásico 2-0 en la Bombonera. Como siempre mojó el Titán en su último clásico y el primero fue de Monzón.

El comienzo del partido fue parejo. Con imprecisiones en los últimos metros, Boca elegía buscar la velocidad de Pablo Mouche para crear peligro, pero no generaba ocasiones porque el Xeneize no encontraba a Juan Román Riquelme.

El cuadro boquense no jugaba bien. Le costaba cortar los avances de los volantes de River si no era con falta y se jugaba más en campo local. Sin embargo, Boca aprovechó su primera ocasión. Juan Pablo Carrizo envió un tiro de Mouche al corner, el mismo delantero envió el tiro de esquina, la empujó Luciano Monzón, rebotó en el arquero y se metió. A los 28 Boca ganaba 1-0.

Tres más tarde, Martín Palermo cabeceó un balón aéreo por encima del cuerpo de Carrizo y, como debe ser, en su último clásico convirtió el segundo.

Los tantos trajeron tranquilidad. River ya no manejaba la pelota y Boca estaba mucho mejor parado que su rival. La visita tuvo alguna ocasión en que inquietó a Cristian Lucchetti, pero el arquero respondió bien. Por los últimos veinte minutos, el Xeneize se fue al descanso ganándole 2-0 al Millonario.

El complemento arrancó complicado: el huésped salió decidido a descontar y tuvo algunas chances claras por tiros libres y una de Mariano Pavone, que Matías Caruzzo sacó en la línea. Sobre los 10 minutos, Mouche respondió con un remate de derecha que se fue desviado.

La última media hora fue con un Boca jugado a la contra y River atacando más, pero sin precisión arriba. Los minutos pasaban, el Xeneize se apoyaba en Riquelme para mantener la pelota lo más lejos del arco y lo aguantó sin demasiado sufrimiento en el último tramo.

Luego de un final caliente en el que se fueron expulsados Clemente y Almeyda, Boca se llevó el clásico. Para dejar al rival de toda la vida cerca de la Promoción y para despedir a Palermo de un clásico, como siempre, de la mejor manera. El último, igual que el primero.