A Boca no se le prendió la lamparita en todo el partido y empató, como local, ante Newell´s por 1 a 1. Viatri aventajó a los locales, mientras que Vangioni decretó el empate final.

Una nueva noche fría en La Boca. No hay estrellas en el cielo, no hay ideas en la cancha. Un partido mediocre, llevado a la fricción constante, sin jugadas de peligro ni futbolistas desequilibrantes. Ni las luces de La Bombonera iluminaron al xeneize que parece seguir perdido, sin rumbo, en lo que va de este semestre.

¿Si tres delanteros no son sinónimo de gol, por qué tres enganches van a ser sinónimo de juego? Es la primera pregunta que surge después este partido que poco dejó en limpio. Basile intentó juntar a Marino, Insúa y Riquelme para darle fútbol a un equipo que careció de ideas de juego en lo que va de la temporada pero el resultado fue otro. Una mitad de la cancha partida, con Rosada como único batallador, dejó al descubierto las fragilidades defensivas del local. Vangioni y Sánchez Prette, pasaron por las bandas a gusto sin resistencia alguna de los volantes y fueron una constante molestia para Monzón y Gunino.

Newell´s no fue una maravilla ni mucho menos, pero ideó un planteo compacto en todas sus líneas, cerrándose bien ante los lentos ataques xeneizes y apostando al contraataque. Aprovechó cada uno de los errores del rival y los convirtió en jugadas de peligro como, por ejemplo, en una jugada de la primera etapa que pierde Gunino y el remate del hombre de rosarino pasa cercano al poste izquierdo de un Abbondanizieri sorprendido.

Boca llegó al gol, inmerecidamente, tras un pase con la mano de Marino, que el árbitro no sancionó, para Viatri que remató y no perdonó. Era el momento para que el local se despierte y se afirme en el partido. Lejos estuvo de serlo y, como el último domingo ante Lanús, la ventaja duró poco (y nada). Una serie de hechos desafortunados derivaron en el gol: Monzón erra en el cálculo, Abbondanzieri no puede tomar la pelota, que queda en el área y, de media vuelta, Vangioni mandó a guardar. Otra vez el empate aparecía en el resultado y esta vez iba a ser definitivo.

Alcanza una mano para contar las jugadas de riesgo en el encuentro, por lo que no merece un análisis exaustivo de las mismas. Basile tiene 9 días para cambiar la cara de este equipo amorfo, sin identidad y falto de ideas. Un duro trabajo que el entrenador deberá realizar para que Boca no pierda las aspiraciones de pelear por el título y acceder a la Copa Libertadores 2010. Se viene Atlético Tucumán, Vélez por la Copa y Godoy Cruz en casa, una seguidilla brava para un equipo que anda a los tumbos. Ahh, y como si esto fuera poco,  partido tras partido, se está desacreditando a la mítica Bombonera, donde los equipos tenían que matarse para obtener un punto.  Ayy Boquita…