En Casa Amarilla, el enganche se entrenó diferenciado al resto de sus compañeros. Realizó kinesiología en busca de evolucionar la dolencia en su rodilla. ¿Llegará?

Esta mañana, mientras el plantel que viajó a Brasil para jugar ante Fluminense aterrizó en Ezeiza, los jugadores que se quedaron en Buenos Aires se encontraban en Casa Amarilla listos para empezar una nueva práctica matutina.

Como viene siendo desde el martes, la mañana en el Predio Pedro Pompilio fue más que tranquila. Bajo las órdenes del profe Alejandro Vasallo, jugadores como Leandro Somoza, Lucas Viatri, Leandro Paredes, entre otros, trabajaron primero en el gimnasio y luego en la cancha principal, donde se practicó ejercicios de pelota.

La novedad de la mañana, otra vez, fue la ausencia de Juan Román Riquelme. Por cuarto día consecutivo, el enganche trabajó en gimnasio y kinesiología con el objetivo de eliminar el dolor en su rodilla izquierda, producto de un choque que tuvo en el pasado encuentro ante Argentinos Juniors. De esta manera, su presencia para el domingo, cuando Boca visite a Tigre, es toda una incógnita. En caso de no llegar, con la suspensión de “Pochi” Chávez, su reemplazante natural, Julio César Falcioni estaría obligado a cambiar el sistema táctico.

Como detalle positivo de la práctica, se destaca la presencia de Nicolás Colazo en el final de la misma. El mediocampista, en plena recuperación de su fractura de tibia y peroné, salió a caminar un rato por el césped de la cancha.

Mañana todo el plantel entero se volverá a ver las caras desde las 10.30 y allí Falcioni comenzará a dar pistas sobre el equipo para enfrentar al Matador en Victoria.