El ídolo y dirigente de Boca analizó su carrera y lo que implica jugar el torneo continental.

Juan Román Riquelme hizo historia como jugador de Boca y también como participante de la Copa Libertadores. En su etapa como futbolista, el enganche dominó por completo el torneo más importante de la región y se convirtió en uno de los grandes ídolos del Xeneize.

En una charla con FIFA 21, Román habló de su vida ligada al fútbol:

“Yo a la pelota se lo debo todo, no tengo otra cosa. Es el juego más lindo que conocí. Soñaba con ser futbolista, quería comprarle la casa a mi mamá. Nosotros no teníamos nada de nada: era comer, dormir y jugar. Yo soy muy agradecido del lugar donde nací”

“Tuve la suerte de seguir jugando a la pelota como me enseñaron en mi barrio. Lo más grande que te puede pasar es hacer lo que te gusta, que te vaya bien y ver a tanta gente disfrutar”.

En cuanto a la Copa, dejó en claro por qué es el certamen de mayor relevancia:

“La Copa Libertadores es el torneo más importante que me tocó jugar con la camiseta de Boca. Es díficil ganar un torneo local, es difícil ganar cualquier torneo… Si sos bueno, tenés que ganar la Libertadores”.

“En este país, la gente vive el fútbol de una manera muy especial. Y ganar la Copa Libertadores ha hecho que la gente me tenga mucho cariño. Yo no me siento un ídolo. Yo me siento un afortunado. Estaba en la cancha que quería, con la camiseta que quería… Soy feliz yo en ese lugar. Y, si me toca elegir, quisiera volver a vivir la misma vida”.

Por último, elogió a todos su compañeros:

“Yo fui muy afortunado de jugar con Palermo, que ha hecho mil goles. Tener un gran entrenador, que nos enseñó a competir y a ganar. Contar con un arquero como Óscar Córdoba, que no va a volver a aparecer. Nos conocíamos tantos que sabíamos para dónde iba a correr cada uno. Voy a estar siempre agradecido a cada uno de ellos. Hemos pasado noches inolvidables”.