Boca tuvo que enfrentar una situación desconocida en lo que iba del Apertura: recibir un gol y comenzar perdiendo. Supo sobreponerse y hasta podría haberlo ganado.

Los dirigidos por Julio César Falcioni comenzaron el partido ante San Lorenzo 1-0 abajo. Falta de Matías Caruzzo, tiro libre ejecutado de forma perfecta por Gabriel Méndez, estirada de Agustín Orión que no alcanza y gol del Ciclón. Por primera vez en el torneo Boca recibía un gol en contra, por ende nunca hasta entonces había empezado un encuentro con resultado adverso.

Los últimos veinte minutos del primer tiempo, post gol de la visita, no fueron buenos y el Xeneize no contó con ocasiones para igualarlo, pero en el segundo tiempo el dueño de casa salió decidido a cambiar la historia y pronto lo consiguió. Luego de un susto a los dos minutos con una buena jugada de Juan Manuel Salgueiro que Agustín Orión salvó con una gran reacción, llegó la jugada por izquierda, el centro de Clemente Rodríguez, cabezazo de Lucas Viatri y palomita de Darío Cvitanich para poner las cosas 1-1.

Boca siguió siendo a lo largo del complemento mejor que su rival, sin desplegar un fútbol vistoso pero si jugando en campo de San Lorenzo y creando las mejores ocasiones. El Cuervo intentaba complicar de contra a una defensa que no se mostró muy segura, pero le faltó profundidad.

Pablo Mouche y Viatri se perdieron goles increíbles. Los de Falcioni pudieron haberlo ganado, no pudieron y así también derrocharon la ocasión de quedar como líderes en soledad del Apertura. Sin embargo la reacción ante una situación difícil y que se presentó por primera vez en el certamen debe ser parte de lo positivo del análisis del encuentro.