El Xeneize se durmió y empató 1-1 con el pobrísimo Gimnasia, enel último partido de Pompei. Palermo adelantó al azul y oro, Neira empató para el Lobo.

Boca empezó mejor, con determinación en la búsqueda del triunfo y el dominio total del balón. Tanto fue así que a los cuatro minutos Sergio Araujo desbordó por la derecha, metió un centro perfecto y Martín Palermo cabeceó para convertir el 1-0 y así el gol 300 en su carrera. Enseguida también intentó Cristian Erbes desde lejos y la pelota se fue el al córner.

La tendencia continúo durante varios minutos. Seguro en el traslado de la pelota, el equipo de Roberto Pompei manejó el ritmo del partido y no sufrió para  nada en los primeros veinte, aunque le faltó un poco de profundidad, porque aparecía poco Cristian Chávez, de primer tiempo intermitente.

Lo de Gimnasia era muy tibio y cometía constantes errores en la salida, pero cada vez que podía atacar se encontraba con las conocidas falencias defensivas de Boca y la escasa marca en el medio, que ayudaban a que sean más peligrosos sus ataques. La más clara del Lobo fue un cabezazo de Juan Neira, que apareció demasiado solo tras un tiro de esquina. Se fue alto.

Lo que hacía el cuadro boquense de mitad de cancha hacia arriba estaba supeditado especialmente la movilidad y los buenos desbordes del pibe Araujo, sin duda la gran esperanza que surgió en este magro campeonato.

El complemento empezó con Jesús Méndez en lugar de Gary Medel, quien salió lesionado. Antes del minuto, Palermo habilitó a Araujo que definió de buena manera por encima de Gastón Sessa, pero la redonda dio en el palo y salió.

Por lo sucedido después, los primeros diez minutos de la parte final fue bastante aburrido. Gimnasia dependía de algún regalito de la última línea local y Boca cuando tenía la pelota no creaba posibilidades. Después de ese tiempo, un buscapié de Palermo que no llegó a impactar nadie y un tiro desde lejos de Juan Sánchez Miño pudieron significar el 2-0.

Pero Boca se confió en exceso ante un rival que ofreció poco, lo dejó tener la pelota y acercarse, cometió faltas tontas en defensa y en uno de esos tiros libres, cometido por Christian Cellay sobre Lucas Castro, Neira le pegó de manera impecable y transformó el 1-0 en 1-1 para un equipo que hacía ¡ocho meses! no marcaba de visitante. Iban 25.

El empate entregó como resultado confusión en el Xeneize y permitió al Lobo agrandarse y animarse a buscar la victoria. Lo poco que inquietó Boca tras el gol de Gimnasia fue con remates de media distancia: uno de Luciano Monzón y el otro de Lucas Viatri, que entró en lugar de Chávez.

Sobre el final, Javier García salvó el gol de Gastón Casas, Cellay lo perdió abajo del arco y Araujo lo tuvo de cabeza. Pero pese a esas dos ocasiones, el segundo tiempo fue pésimo y se cerró el campeonato regalando dos unidades ante un pobre conjunto. Pero esto es Boca hoy. Lamentable.