El central juega en Boca hace seis temporadas. Pese a no considerarse un referente del equipo, su trayectoria así lo demuestra. En esta nota, Lucas Armesto nos cuenta sobre su actualidad y nos da a conocer otra faceta de su vida.

Lucas Armesto fue creciendo a la par de Boca enla LigaArgentinade Voleibol.  Llegó al club con el ascenso recién obtenido en el año 2005 y, tras una temporada de suplente, se metió en la lucha por el puesto. A partir de allí, consiguió una titularidad que hasta hoy mantiene, llevando la camiseta número 11 de Boca -la misma que usaba su entrenador Marcelo Gigante-.

– Imagino que cuando llegaste al club y pediste la 11, algo te habrá dicho el entrenador…

– En realidad fue un poco de casualidad. Yo jugaba en inferiores en Universal de La Plata con la 11 y cuando llegué a Boca justo esa camiseta estaba disponible, así que la elegí sin saber que Marcelo Gigante la había usado durante toda su carrera. Un día me lo comentó y me dijo que la tenía que transpirar mucho, que esa camiseta tenía mucha historia (risas).

– Pasan las temporadas, jugadores que van y vienen, el entrenador te vuelve a elegir y vos decidís quedarte. ¿A qué se debe?

– Jugar en Boca es algo muy lindo. Mi vida en la ciudad siempre fue en Boca y la gente del club es como mi familia; es un lugar donde no te falta nada, encima de todo esto me renuevan la confianza todas las temporadas y para mi es muy gratificante que me respeten, no solo como jugador sino como persona también. Por qué me vuelven a elegir, habría que preguntárselo al entrenador, el por qué me quiero quedar es por todo esto que te comenté.

– A los 28 años y con una historia en el club, ¿te sentís un referente?

– La verdad que no. Nunca me sentí un referente del plantel, todo lo contrario, siempre me considero uno más del grupo y por más que crecí, mi modo de ser no cambia. Si algún joven necesita consultarme algo lo ayudaré, por supuesto, pero no me sale ser un referente por naturaleza.

El presente de Boca Río Uruguay Seguros es tema obligado de conversación. Tras tener como armadores a virtuosos de la talla de Hernán Ferraro y Nicolás Uriarte y, también jugar prácticamente de memoria con Sebastián Fernández, de a poco se va adaptando al juego de dos jóvenes jugadores: Maximiliano Chirivino y Juan Ignacio Maccio.

– ¿Cómo va el proceso de adaptación a tu juego con los nuevos armadores del equipo?

– Con Maxi Chirivino me resulta más fácil ya que tuvimos todo un metropolitano jugando juntos y con Juani Maccio nos vamos acomodando de a poco, por suerte son dos buenos jugadores, por lo que el laburo se hace más fácil.

– El sábado ante Olimpo jugaste un gran partido y no fuiste la figura sólo por la notable eficacia de Diego Bonini, ¿sentiste que fuiste importante en una victoria muy trabajada?

– Creo que sí, sobre todo en el primer set: participé mucho en bloqueo, pelotas vendidas y sentí que estaba muy bien. Sucede que me encuentro mejor no sólo en lo deportivo sino también mentalmente, estoy con un hambre de ganar cosas increíble, pocas veces me sentí así. El otro día miraba en casa la cantidad de medallas y trofeos que tengo y que tuve la suerte de ganar con Boca y no lo podía creer, a pesar de ello estoy súper motivado para seguir logrando cosas.

– Y de llegar a la selección, ¿Es una cuenta pendiente en tú carrera?

– Qué tema el de la selección. Me había hecho muchas ilusiones hace dos años cuando me convocaron para entrenar, después no se dio y tuve un bajón anímico importante. Seguro que es una cuenta pendiente y, a pesar de que hay muy buenos jugadores y muy jóvenes, no pierdo las esperanzas.

Son muy pocos los que conocen una faceta prácticamente oculta en la vida de Lucas Armesto: la actuación. Si bien ostenta un perfil bajo ante el medio, quienes lo conocen bien comentan que es una persona muy divertida y participativa en los grupos, tal es así que se inclinó por la actuación y está a punto de presentar una obra teatral.

– ¿Cómo y cuándo surge la iniciativa de hacer teatro?

– Todo comenzó hace bastante haciendo castings para publicidades en televisión, pero no tenía suerte, me ponía nervioso y tartamudeaba. Obviamente, no pasaba ni la primera prueba, entonces mi novia, que estudió teatro, me motivó para que probara suerte, ya que me costaba desenvolverme delante de una cámara. Fue así que hace tres años comencé con un grupo y es algo que me fascina, está buenísimo poder ser por un rato otra persona que en la vida real no sos. Así que me volqué al teatro y también me ayudó para poder seguir yendo a los castings y mejorar en este aspecto.

– Y estuviste a punto de hacer una publicidad muy famosa…

– Si, por muy poco no entré en la publicidad “Cortá con tanta dulzura”. Llegué a la final, pero terminaron eligiendo al muchacho que finalmente la hizo gambeteando jugadores hasta que lo corta Schiavi… Al menos zafé de un patadón del Flaco (risas).

– ¿De qué se trata la obra que estás a punto de estrenar y cuál es tu rol en la misma?

– La obra se refiere a un Dios que está aburrido de su vida cotidiana y decide crear personajes, entonces estos personajes, no conformes con su forma de vida, le recriminan cosas. A mí me toca hacer de un gaucho llamado Ruperto, que nació con un problema en su cuerpo y se mueve todo el tiempo. Este gaucho vive en San Miguel del Monte con su familia con tradiciones netamente gauchescas pero él baila “Free Dance”, entonces tiene muchos problemas con el resto de la gente. Es muy divertido.

– Imagino que se respirará mucho vóley en la sala…

– Mis compañeros se ríen mucho cuando les cuento lo que voy a hacer, pero estoy seguro que la mayoría de ellos vendrán a ver la obra que será el domingo 02 de Diciembre a las 20,30h en Av. Corrientes 1630. También aprovecho para invitar a todos aquellos que se quieran divertir un rato.