Sobre el final, Argentinos Juniors le empató 2-2 el encuentro a Boca, que parecía ya ganado. Riquelme y Palermo, los goleadores para los de Alves.

Boca salió a la cancha con las ganas de demostrar que lo del verano ya había quedado atrás y las ilusiones estaban totalmente renovadas.

En el arranque, el Xeneize casi llega a convertir de carambola: Riquelme remató desde lejos, se desvió en Caruzzo y pasó al lado del palo izquierdo. Por su parte, Argentinos contraatacó con dos chances claras, una de cabeza y otra en la zurda de Calderón, en las que Abbondanzieri respondió de gran manera.

Calderón se convirtió en la principal molestia para los dirigidos por Alves, pero con el correr de los minutos también fue diluyéndose su participación.

Argentinos dominaba el balón y tuvo chances desde media distancia, la más clara fue un tiro libre de Facundo Coria, que el “Pato” volvió a responder con soberbia. Las ganas de Jesús Méndez para demostrar toda su entrega en este primer encuentro le costaron la tarjeta amarilla y ni siquiera con dicha sanción bajó los decibeles de juego.

En Boca no aparecía un conductor claro y Riquelme intentaba siempre desde lejos. Así llegó la apertura del marcador: remate del diez Xeneize y, tras un ingenuo rebote del arquero Peric, Palermo convirtió el tanto.

El goleador estuvo en el momento justo en el lugar indicado para romper con la monotonía del encuentro y Boca se fue al descanso con una tranquilidad extra.

En el comienzo del complemento, ninguno de los dos equipos se adueñaba de la pelota e intercambiaban ataque por ataque, pero sin profundidad alguna.

Recién a los veinte minutos, Argentinos sorprendió con un disparo de media distancia de Ortigoza, que encontró bien parado a Abbondanzieri.

Borghi metió a Ismael Sosa x Nicolás Pavlovich para tener otra variante en ataque y romper con el cerrojo defensivo de los de Alves.

Gaitán tuvo una acción clarísima, al quedar mano a mano con el arquero, pero definió muy débil y facilitó la acción de Peric. El juvenil de Boca aparecería nuevamente en escena, pero esta vez desafortunada: Mercier el entró de forma vehemente y se ganó la amarilla.

A falta de diez minutos para el cierre, Rosada sustituyó a Gaitán y pasó Medel a jugar de volante por la derecha. Apenas consumado el cambio, Boca sufrió una acción desafortunada: tras un tiro libre de Coria, la pelota rebotó en la rodilla de Muñoz y se le metió en el arco de Abbondanzieri. Esa maldita rodilla, la que lo mantuvo alejado de las canchas por meses y meses.

Cuando el panorama era oscuro, apareció San Román. El enganche amagó en espacio reducido a su marca y sacó un remate seco, cruzado, inatajable para un arquero que voló para la foto.

Alves decidió el ingreso de Viatri e Insúa por los dos goleadores,  Palermo y Riquelme, respectivamente.

El partido parecía cerrado pero apareció Ismael Sosa sin marca y sentenció el 2-2, tras otro tiro libre. Otro error en la marca durante una pelota parada le costó a Boca los dos puntos, que ya tenía casi consumados.

Después de tener una gran labor defensiva a lo largo del encuentro, algo que no se veía hace mucho tiempo,  las desatenciones le jugaron una mala pasada al Xeneize.

La bronca quedó a la luz en el reclamo final de los jugadores y también de Alves por la dudosa existencia de la falta previa al segundo tanto del local. A no desesperarse, la  revancha será inmediata: el partido del miércoles ante Lanús en La Bombonera.