El defensor recordó la final de la Copa Intercontinental y la gran misión de marcar al histórico futbolista portugués. Esto dijo.


Durante las últimas décadas, Boca ha sido protagonista de varias gestas históricas tanto a nivel local como internacional, y dentro de las más importantes se puede encontrar la final de la Copa Intercontinental en el año 2000 ante el poderoso Real Madrid.

Aquel encuentro que se llevó a cabo en tierras japonesas tuvo episodios de todo tipo. Además de los goles de Martín Palermo y la gran actuación de Juan Román Riquelme, muchos recordarán la excelente tarea de Aníbal Matellán, anulando por completo a Luis Figo, histórico futbolista portugués que obtendría ese año el Balón de Oro.

El defensor formó parte del Boca multicampeón con Carlos Bianchi como entrenador y recordó aquellos tiempos gloriosos en el Club de la Ribera, donde obtuvo siete títulos entre torneos locales e internacionales.

En una entrevista con “Mundo Boca Radio”, puntualizó sobre el encuentro ante el conjunto español y soltó:

“Nosotros en ese momento vimos que el Real Madrid en los primeros minutos no entró bien, y tratamos de jugar al ritmo que siempre veníamos jugando. Son esas cosas que te da el fútbol, hay veces que atacas diez veces y no metes un gol y hay veces que atacas tres veces y metes dos goles. Fue muy contundente lo nuestro y eso hizo que cambiara radicalmente el partido, fueron unos primeros minutos muy entretenidos. No pensábamos que se iba a dar de esa manera, lo que si sabíamos que desde el primer minuto habría mucha intensidad, era la única forma de ganarle al Real Madrid, no había otra forma”.

Luego, especificó sobre su tarea en aquel cotejo donde tuvo la gran misión de marcar al ex Inter, Barcelona, entre otros:

Para enfrentar a Figo la receta fue prepararse, entrenarse día a día y estar preparado para esa clase de partidos, que no es algo fácil. Por ahí te preparas toda tu carrera para un partido así y no lo logras, y a mí me tocó. Una de las más difíciles, pero yo era muy joven y no tenía mucho por perder, salí a jugar con la mayor caradurez posible porque la estrella que tenían ellos en aquel momento era Figo. Carlos con la confianza que tenía en mí, yo venía jugando de central, pero en Japón la dinámica cambió y él pensó que lo mejor era que yo jugará de lateral, y me diera la piedrita de la noche”.