El exarquero atacó contra el enganche y lo culpó de la supuesta interna en el vestuario de Boca. Además, afirmó: “Fue él quien lo echó a Falcioni”. ¿Qué te parecen sus declaraciones?

Cristian Lucchetti, actualmente militando en Atlético de Tucumán, más precisamente en el Nacional B, se suma al lote de los exBoca que salen a criticar en público a Juan Román Riquelme.

En primer lugar, sobre el enganche, apuntó como el responsable de la salida de Julio César Falcioni y de todas las supuestas internas en el vestuario de Boca:

Riquelme fue el que lo echó a Falcioni, eso lo sabe todo el mundo y nadie lo dice porque si se enfrentan con él se van afuera. Esto esta clarito para mi, yo no tengo ninguna duda porque lo viví desde adentro de Boca”.

“Riquelme es un compañero que no te ayuda, porque solamente piensa en sí mismo”.

Y siguió, en diálogo con Deportivo Telam, explicando en cuanto a los problemas que mantenía Román con Martín Palermo:

“Yo conviví con Riquelme y Palermo. Y todo lo que se dijo del enfrentamiento es verdad”.

“Con Riquelme nadie se puede enfrentar. Imaginate cómo será que un tesorero (NdR: Daniel Angelici, en su momento) se opuso para renovarle el contrato por cuatro años y al final se lo tuvo que fumar”.

Sobre su experiencia, se refirió y explicó lo difícil que le significó su paso por el Mundo Boca durante su único año en el plantel profesional, en donde estuvo a préstamo entre 2010 y 2011, y sobre el engache volvió a aclarar:

“Cuando uno llega a Boca, piensa que va a ser una cosa y al final es otra. Boca te demanda mucho y lo más desgastante es el día a día”.

“Para estar en Boca hay que ir tres veces por semana al psicólogo. No disfrute nada mi paso por ahí. Y Riquelme tampoco la pasa bien, aunque públicamente diga otra cosa”.

Además, comentó lo que decía a Walter Erviti, otro de los que ya abandonó el barco, cuando este estaba por llegar al “Xeneize”:

“Cuando Erviti estaba por venir a Boca me preguntó cómo era la cosa y yo le expliqué. Me dijo que quería terminar su carrera en Boca y le terminé diciendo que a los seis meses iba a pensar lo contrario”.