Las lesiones de Román dan un mensaje claro, después de tantos años de recibir golpes está pagando las consecuencias. El 10 quiere pero las patadas lo frenan.

Pareciera que después de tantos años de magia, de pisadita y gambetas, el cuerpo de Juan Román Riquelme empieza a mostrar algunas fallas. Es que el enganche Xeneize viene sufriendo de manera repetida lesiones en sus articulaciones o en zonas de poca presencia muscular. Ya fue el tobillo, luego fue la planta del pie, el año pasado lo operaron de síndrome meniscal en la rodilla izquierda y ayer apareció una sinovitis, consecuencias de una carrera soportando patadas.

El 9 de mayo de 2010, Néstor Pittana daba el pitazo final para la derrota de Boca ante Huracán por 2-1 en La Bombonera. La ante última fecha llegaba a su fin y las esperanzas boquenses de terminar el campeonato con una sonrisa eran ya una utopía. De todos modos el plantel se reunió el lunes para empezar a trabajar de cara al choque ante Banfield que cerraba el pésimo campeonato del equipo, que por entonces ya estaba en manos de Roberto Pompei, y allí apareció una nueva mala noticia: Juan Román Riquelme se había lesionado en la rodilla izquierda.

Los exámenes arrojaron un diagnóstico raro: síndrome meniscal, pero lo positivo era que una operación lo solucionaba. La intervención quirúrgica fue un éxito y mientras Román discutía su renovación de contrato, se iniciaba la recuperación que le demandaría 181 días. El regreso ante Argentinos Juniors lo mostró motivadísimo, pero otra vez una articulación le dijo basta. Era el tobillo derecho. Una tendinitis aquiliana logró que sólo jugara unos minutos en el Superclásico con River y otra vez esté afuera del campo de juego.

Todo indicaba que en 2011 la historia iba a ser diferente, el 10 pudo hacer una gran pretemporada y si bien no jugó los 90 minutos al mismo ritmo se mostró con otro entusiasmo en la primera fecha. Tras la interna con Falcioni y la presión de la gente, el duelo con Vélez era el momento indicado para volver a ponerse la azul y oro y maravillar a su gente. Sin embargo, otra vez una articulación de su cuerpo… Liquido sinovial en la misma rodilla del 2010, dolor para apoyar, imposibilidad de correr y Román out.

Tanto lo buscaron en cada partido para ir a golpearlo, para que no pudiera meter un gol o simplemente para lastimarlo y finalmente lo lograron. Hoy su cuerpo le da un mensaje claro, las patadas acumuladas lo terminaron frenando.