Desde la llegada de Juan Román Riquelme y la nueva directiva a la institución las cosas parecen haber cambiado contra River. La mano contra el histórico rival venía más que torcida y el 2021 comenzó, de a poco, a poner las cosas en su lugar. Miguel Ángel Russo, un viejo zorro a la hora de preparar este tipo de encuentros, sería un gran responsable.

Boca había redondeado una buena primera fase de la Copa de la Liga Profesional. Con 22 unidades, el Xeneize había quedado en la segunda posición de la Zona B y había clasificado a los cuartos de final del torneo. El sorteo indicó que el rival sería ni más ni menos que el clásico rival, en la Bombonera.

Este enfrentamiento, a mata o muere en un solo partido, significaba el primer cruce de eliminación directa desde las semifinales de la Copa Libertadores 2019, que lo tuvieron a River como vencedor (1-2). Y sería el momento ideal para por fin terminar con la racha negativa.

El rival llegaba diezmado de bajas con un brote de Covid-19, pero a pesar de eso ponía un once de experiencia en cancha, con la excepción del debutante arquero Leonardo Díaz. Gallardo salía con nombres como Enzo Pérez, Leonardo Ponzio, Jorge Carrascal y, el que algunos meses se convertiría en su gran figura, Julián Álvarez.

Leonardo Díaz; Gonzalo Montiel, Jonatan Maidana, Héctor Martínez, Fabrizio Angileri; Milton Casco, Enzo Pérez, Leonardo Ponzio, Jorge Carrascal; Julián Álvarez y Agustín Fontana. Los once de River.

Boca llegaba con la “presión” de lo que sucedía en la vereda de enfrente. Y Miguel Ángel Russo apelaba a lo que mejor resultado le había dado en el semestre: Alan Varela, Cristian Medina y Agustín Almendra en el mediocampo, Carlos Tevez de falso nueve arriba acompañado por Sebastián Villa y Cristian Pavón. Agustín Rossi, por su parte, volvía a atajar en un Superclásico después de tres años.

Agustín Rossi; Julio Buffarini, Carlos Izquierdoz, Marcos Rojo, Frank Fabra; Cristian Medina, Alan Varela, Agustín Almendra; Cristian Pavón, Carlos Tevez y Sebastián Villa. El once que paró Miguel en la Bombonera.

Boca salió a imponerse. Y rápidamente, a los 11 minutos de juegos, Carlos Tevez se encarga de poner el 1-0 en su último clásico con la camiseta de sus amores. Luego, el equipo de Miguel Ángel Russo tuvo varias chances claras para aumentar la ventaja en los pies del diez. Pero, para la sorpresa de todos, el arquero Leandro Díaz se consagró como la gran figura del tiempo reglamentario.

En la segunda mitad la historia cambió. Boca siguió desperdiciando oportunidades y River se empezó a animar a ganar terreno. Así fue como a los 68 minutos del encuentro Fabrizio Angileri tiró un centro pinchado al segundo palo y Julián Álvarez le ganó la posición a Frank Fabra para igualar el encuentro. Nos íbamos a los penales. 

Era la segunda definición desde los doce pasos de Boca en el 2021, algo que luego se haría costumbre. Agustín Rossi quería volverse a perfilar como el “1” del equipo de la Ribera, mientras que Leonardo Díaz tenía todo para cerrar una noche histórica en el Millonario.

Carlos Tevez, con una gran definición, adelantaba al Xeneize. Mientras que Gonzalo Montiel rápidamente se encargaba de igualar la historia en el marcador.

Sebastián Villa ponía el 2-1 y, con el tiro de Fabrizio Angileri, comenzaba a agigantarse la figura de Rossi. El arquero de Boca le sacó un tremendo remate al lateral de River y parecía encaminar la victoria. Pero…

La alegría duró poco en ese momento. Edwin Cardona la picó sin fuerza contra Leonardo Díaz, que llegó a volver sobre sus pasos para agarrar la pelota. Julián Álvarez se encargaba de poner la tanda 2-2.

Carlos Izquierdoz se encargaba de volver a adelantar a Boca. Y Rossi volvía a hacerse enorme: ahora para detener el tiro de Leonardo Ponzio. Boca estaba a un penal de dejar afuera a su clásico rival.

Julio Buffarini, igual que en la definición contra Banfield, era el encargado de cerrar la serie. El lateral corrió a la pelota, abrió el pie y gritó su gol para que el Xeneize vuelva a festejar.

Boca lograba cortar con el maleficio y se daría el lujo de volver a eliminar a River algunos meses después. Carlos Tevez, el último gran ídolo, hizo un gol en su despedida de los Superclásicos y dejó la imagen que se merecía.