Faltan pocos días para el Superclásico y todavía no podemos tener la tranquilidad de saber con cuántas cartas podrá contar Boca en cancha de River.

Por las palabras de Juan Manuel Alfano, el preparador físico del conjunto xeneize, parece que Juan Román Riquelme estará listo para jugar contra River, mientras que la vuelta de ‘Cata’ Díaz se presenta algo más incierta.

Si Boca pudiese contar con su capitán, se resolvería por fin la gran duda que se han estado planteando los medios y los seguidores en los últimos meses: ¿podrán jugar juntos Riquelme y Fernando Gago? El reencuentro soñado todavía no ha sido posible, por lo que podría ser algo arriesgado probar la dupla justo en una cita como la que le espera al Boca en la décima, más cuando las pruebas en el equipo  –forzadas en muchos casos por las lesiones- están tardando en dar resultados. Con 4 victorias, 1 empate y 3 derrotas, Carlos Bianchi tiene poco margen para hacer experimentos.

Por otro lado, si Riquelme y Gago son las mejores cartas del Boca, ¿cómo no se van a utilizar en el Superclásico? Por lógica, siempre es mejor contar con dos grandes jugadores que con uno. Si planteamos la situación de Boca como si fuera una partida de Texas Hold’em, sabemos que llevamos una buena mano. Según sus normas, cada jugador cuenta con dos cartas privadas que tiene que combinar de la mejor manera posible con las tres (al menos tres) que descubre la casa y que son comunes para todos. Las primeras apuestas se han de hacer a ciegas, antes de que se descubran todas las cartas comunes; algo así como lo que tendrá que hacer Bianchi si no tiene tiempo de “ensayar” con la pareja Riquelme-Gago antes del Superclásico.

Nuestras cartas de inicio son buenas pero lo importante al final es cómo las combinamos con el resto. Pese a la falta de definición que tanto acusaron los xeneizes ante Argentinos Juniors, muchos argumentan que el equipo se está haciendo cada vez más fuerte como conjunto, incluso más desde la entrada en juego de “Pintita”. Riquelme es grande, no hay duda, pero independientemente de la recuperación física, la cuestión es cómo puede dar las órdenes en este equipo en el que Gago ha tomado las riendas. En otras palabras: ¿está el capitán preparado para volver?

Habrá que decidir si queremos ser un jugador conservador que se plante y pida otras cartas, o uno que se arriesga y sube la apuesta porque cree que su mano es mejor que la del rival.

En última instancia todo dependerá de Bianchi y aunque nosotros lo tengamos claro, secretamente no es una decisión que nos gustaría tener que tomar. Tan seguro es que el enganche querrá jugar en El Monumental, como que intentar impedírselo será un paso muy difícil de dar. Boca sueña con ver a Riquelme y Gago desplegando su magia desde el centro del campo pero es una apuesta arriesgada. Al mismo tiempo, si la jugada saliera bien, sería tan grande que ¿quién puede resistirse?