El campeón de América y del mundo hoy trabaja en el club que lo formó como jugador y persona. Conocé la historia.

Pablo Jerez la peleó siempre. Desde que llegó a las juveniles de Boca y logró debutar en Primera, hasta el momento en que tuvo que vender camisetas históricas para poder llevar adelante el problema familiar que se le presentó.

Zoe, su hija, nació con hidrocefalia y a raíz de eso, la vida del campeón de América y del mundo 2003 cambió por completo. La situación económica lo apretaba, pero apareció Boca para contenerlo una vez más:

“Yo voy a estar totalmente agradecido a Boca. Se han comunicado desde todos los sectores del club conmigo después de enterarse de mi situación con mi hija, y hoy tengo el privilegio de trabajar allí”.

Jerez, quien hoy trabaja con el fútbol femenino del CABJ, charló con Planeta Boca Juniors y se emocionó al recordar el momento en que recibió la ayuda del Club:

“La verdad que es algo inexplicable. Eso demuestra que a lo largo del camino que tuve, me manejé de la misma manera con todo el mundo. Así que estoy agradecido”.

Por último, contó:

“Yo a Boca le debo mi vida, el club me dio todo. Todo se lo debo, de verdad. Todo lo que tengo y todo lo que soy, se lo debo a Boca”.

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