El primer partido del año frente a San Lorenzo dejó muchas dudas en lo que respecta a la última línea boquense.
PBJ lo analiza.

Más allá de los goles a favor, la igualdad 3-3 frente a San Lorenzo demostró nuevamente que para sentirse seguro en el fondo Boca necesitará incorporar algún zaguero de calidad.

En los primeros 45 minutos, los dirigidos por Alfio Basile fallaron mucho por los costados y esos errores costaron goles. Luciano Monzón marcó con poca convicción y fue desbordado con facilidad. Eso ayudó por ejemplo a Bordagaray para tirar el centro atrás y que González empate a favor del Ciclón.

Después, el lateral derecho Adrián Gunino ayer tuvo la posibilidad que tanto deseaba pero no supo aprovecharla al máximo. Un ejemplo claro fue su equivocación en el 1-2, cuando dejó muerta la pelota y apareció otra vez Bordagaray, aquí para definir por encima del cuerpo de un Roberto Abbondanzieri que estaba adelantado.

Gabriel Paletta y Claudio Morel Rodríguez no se acoplaron bien en la zona central y sobre todo el primero estuvo muy lento en las marcas.

Otro de los temas fueron los corners a favor, sí, a favor. Es que al acabar sin éxito, cada contragolpe hallaba muy mal parados a los hombres del fondo. De hecho, varias chances favorables al conjunto azulgrana se produjeron de esa manera.

Para el segundo tiempo la defensa mejoró. Matías Giménez reemplazó a Gunino y con esta modificación Gary Medel pasó a jugar como lateral derecho. Tras ese cambio Boca sufrió menos del lado diestro. Por su actuación el chileno se consolidó como variante en ese puesto que ha traído tantos dolores de cabeza en los últimos tiempos.

Por abajo disminuyeron las dificultades notoriamente y San Lorenzo no contó con tantas facilidades como en la primera mitad. Sin embargo, reaparecieron las complicaciones con balones detenidos. En un tiro de esquina, Medel perdió la marca de Jonathan Bottinelli y así el rival se puso 3-2 arriba.

Habrá que corregir los errores ahora que aún hay tiempo, buscar algún caudillo que pueda liderar esta defensa de Boca y aprovechar los encuentros amistosos para probar variantes. Como por ejemplo continuar dándole rodaje al chileno, quien más allá de su error del tercer gol completó una buena labor como número cuatro.