Con un equipo al que le faltan bastantes nombres importantes, el equipo de Borghi aún debe trabajar mucho
para encontrar su mejor funcionamiento, si quiere soñar con el campeonato.

El nuevo Boca versión Claudio Borghi tuvo una prueba más ésta mañana en la que se demostró que todavía falta trabajo para poder hacer funcionar el novedoso 3-4-1-2. Si bien aún le faltan una gran cantidad de jugadores que serán titulares durante el campeonato, como Matías Caruzzo, Gary Medel, Sebastián Battaglia, Martín Palermo, Gonzalo Fierro y el mismísimo Juan Román Riquelme. Ya se pudieron ver fallas en el control de la pelota cuando el equipo fue presionado, por un rival que le jugó como seguramente lo harán muchos cuando vengan a la Bombonera.

La actitud no faltó, si hasta por momentos el amistoso dejó de ser tal cuando fueron a trabar Cristian Erbes y Robbie Kruse, metiendo con todo y peleandose hasta ser amonestados. Sin embargo el equipo estuvo impreciso, las salidas por las bandas con Marín y Monzón nunca aparecieron y Ezequiel Muñoz se veía obligado a tirar pelotazos para que Lucas Viatri intentara bajarselá a alguno de sus compañeros. En los 90 minutos no se llegó una sola vez al arco rival con una buena jugada asociada, Pablo Mouche sigue cegado en sus movimientos con la cabeza baja mirando la pelota, sus pies y a los rivales por lo que deberá pasarla más si es que quiere formar parte de los 11.

El gol llegó gracias a la capacidad gambeteadora del juvenil Marcelo Cañete, uno de los pocos que aprovecha la chance de mostrarse. Ahora habrá que ver que sucede el 23 cuando el Xeneize se presente una vez más, pero ya con la defensa titular y unas horas más de descanso. Por el momento: hay que mejorar.