Boca lleva casi dos años sin poder ganar tres encuentros seguidos y ha desperdiciado varias ocasiones para lograrlo. ¿Se cortará el maleficio el domingo?

Allá por octubre de 2009, Boca Juniors dirigido por Alfio Basile encadenó una buena racha, aunque no le alcanzó para meterse en la lucha por el título: superó 3-2 a Vélez en la Bombonera, luego consiguió un triunfo frente a Racing como visitante y después, haciendo las veces de local en la cancha del Fortín, venció a Tigre 2-1. Parece extraño, pero desde entonces el Xeneize jamás consiguió tres victorias consecutivas y tuvo chances para lograrlo que no pudo aprovechar.

La primera de esas ocasiones desperdiciadas fue en el Clausura 2010, cuando el cuadro azul y oro le ganó 2-0 a San Lorenzo y 3-2 a Independiente de forma consecutiva, pero la tercera fue la vencida: 1-2 ante Huracán en la Bombonera.

En el Apertura 2010 el tercer triunfo al hilo tampoco llegó aunque estuvo cerca dos veces. Festejo en Bahía Blanca (3-1) sobre Olimpo y mismo score como local de Colón, pero Estudiantes apareció en el camino y cortó la seguidilla con un golazo de Marcos Rojo que alcanzó para derrotar a Boca 1-0. Algunas jornadas más tarde, el Xeneize superó a Tigre en Victoria y también consiguió una alegría recibiendo a Huracán, pero el tercero no llegó, ahora porque en Avellaneda fue igualdad sin goles frente a Independiente.

El Clausura 2011 dejó un saldo de más partidos ganados que perdidos, algo que no pasaba hacía algunos campeonatos, pero aún así las tres victorias consecutivas no llegaron aunque otra vez coquetearon con la Ribera. 1-0 a Colón en Santa Fe, 2-1 sobre Estudiantes en casa pero una semana más tarde la decepción volvió a inundar a los de Julio César Falcioni: 0-2 contra Lanús. Varias fechas después, Boca triunfó en La Paternal ante Argentinos Juniors 2-0 y por idéntico resultado se llevó el Superclásico y, pese a este envión anímico, el tercer éxito no llegó, porque a la semana siguiente fue igualdad 2-2 visitando a Arsenal.

Tres años sin títulos y dos sin poder sumar nueve sobre nueve, ¿podrá la formación de Falcioni romper el maleficio?