Se retiró del fútbol Guillermo Barros Schelotto, uno de los jugadores más ganadores de la historia de Boca. En PBJ hacemos un repaso por toda su carrera.

Nacido el 4 de mayo de 1973, Guillermo Barros Scheloto se retiró del fútbol con 38 años de vida y una más que exitosa carrera.

Desde chico sintió pasión por el fútbol. Era uno de los jugadores destacados de su colegio, el Sagrado Corazón de Jesús de La Plata, donde también estudiaba Martín Palermo. Las cosas de la vida.

Hizo las divisiones inferiores junto a su hermano Gustavo en Gimnasia de La Plata, su club amado, desde 1985 y debutó profesionalmente el 6 de octubre de 1991 ingresando en el segundo tiempo, en la victoria del lobo por 3 a 2 sobre Independiente de Avellaneda.

En 1993 logra su primer título, la Copa Centenario, convirtiendo un gol en la final ante River, su eterno rival. También estuvo a punto de ganar dos torneos locales, pero la fortuna no lo ayudó y ambos fueron subcampeonatos. En su primera parte en Gimnasia marcó 45 goles en 182 partidos.

En el ’95 consigue su único título a nivel selección: la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de ese año, con solo 21 años de edad.

En 1996 tuvo la oportunidad de ir a River junto a su hermano, pero fue Enzo Francescoli el que se negó a que llegaran por cuestiones de vestuario. Por el contrario, Maradona los recomendó para Boca y así fue como un año más tarde llegaron al equipo de la ribera, al mismo tiempo que Palermo.

En sus comienzos con el club xeneize, tuvo que ser el suplente de Claudio Paul Caniggia. Aún así, en su debut entró reemplazando al pájaro y convirtió un gol en la victoria por 2 a 1 ante Newell’s.

La llegada de Carlos Bianchi a Boca marcó a Guillermo. El Virrey le dio la titularidad junto a Martín, y transformó esa dupla en exitosa: bicampeonato en el 98-99 y un sinfín de títulos hasta el año 2007. En total, Guillermo jugó en el club 302 partidos y marcó 87 goles y consiguió 16 títulos, siendo el jugador más ganador de la historia xeneize junto a Sebastián Battaglia.

En su último año no fue muy tenido en cuenta por el entonces técnico Miguel Ángel Russo, y por eso decidió marcharse del club con el que tantos títulos logró. Una oferta del Columbus Crew de Estados Unidos lo tentó y así optó por continuar su carrera experimentando en el fútbol norteamericano.

Su olfato ganador no cesó en tierras estadounidenses. Ganó la liga y la MLS Cup en 2008 (en ambas siendo elegido como mejor jugador) y repitió el primer título al año siguiente.

En 2010 fue tentado a volver a un Gimnasia de La Plata devastado futbolísticamente y al borde del descenso, para salvarlo y terminar su carrera de la mejor manera. Guillermo no dudó por un segundo, y así se transformó en la flamante incorporación del lobo, sin cobrar un peso por su trabajo.

El Melli no solo aportó en lo futbolístico, también sirvió como motivador para sus compañeros que tanto respeto le tuvieron. El lobo pasó de estar en descenso directo a llegar a jugar la promoción por la permanencia, luego de derrotar a Huracán en el desempate.

El rival de la promoción fue San Martín de San Juan, que en la ida se quedó con la victoria 1-0. En el partido de vuelta, Guillermo hizo todo lo que pudo para salvar a su querido Gimnasia de la peor tristeza futbolística que podía ocurrirle, pero no alcanzó. El 1-1 provocó el descenso del cuadro platense y el Mellizo se retiró de una forma que jamás hubiera querido, pero a pesar del dolor fue ovacionado por todo El Bosque. Gracias por tanto, Melli.