Boca le ganó 2-0 a Huracán y obtuvo su segundo triunfo consecutivo. El doble nueve le respondió al “Bichi”: Palermo abrió la cuenta con un golazo y Viatri selló el resultado final.

En el arranque del partido, Boca tomó la iniciativa y salió a llevarse por delante a Huracán, que prefirió replegarse en su campo y jugar de contraataque.

Con el correr de los minutos, el partido fue perdiendo intensidad y se volvió cada vez más desprolijo.

El Globo tuvo su primera chance de gol tras un centro cruzado a espaldas de la defensa Xeneize, pero Montiglio no pudo darle la dirección deseada. Otra jugada calcada tuvo Matute Morales y el remate también salió desviado.

A los 34 minutos, Medel sacó un remate lejano que rompió con la monotonía del encuentro, que Monzón envió al córner con una atajada formidable. Realmente si el chileno metía ese disparo, era un verdadero golazo.

El que sí lo pudo hacer fue el goleador histórico: tras un pelotazo de Lucchetti, la paró de pecho y, de media vuelta, sacó un zurdazo cruzado. Sólo una persona convertir hacer ese tanto y ese era él, Martín Palermo.

El complemento continuó con el aburrimiento de la primera etapa. Ambos equipos se prestaban la pelota y ninguno creaba situaciones de riesgo.

A los 20 minutos, Chávez hizo una gran jugada por el sector izquierdo y, tras un rebote, le quedó a Viatri, que le dio de punta y no perdonó. Así, casi sin buscarlo, Boca se encontró con el segundo tanto del partido.

Con el resultado favorable, Borghi comenzó a mover el banco de los suplentes. Escudero, Viatri y Medel dejaron el campo y en su lugar ingresaron Monzón, Mouche y Sauro.

Chávez estuvo a punto de convertir su merecido gol, pero Monzón se encargó de evitar que eso ocurra. El “Pochi” fue la manija del equipo y uno de los mejores junto a Palermo.

Boca ganó y, a pesar de no brillar, dejó varios aspectos positivos. Por primera vez en el torneo, Lucchetti consiguió mantener la valla invicta. Aunque el rival no fue muy incisivo, le servirá al arquero para ganar en confianza de cara a lo que se viene.

Además, ambos delanteros convirtieron y mostraron que tienen el olfato goleador intacto.

Los triunfos traen tranquilidad y, en base a eso, el equipo puede mejorar. Cappa podrá decir que Boca no gusta ni golea, pero gana y suma de a tres.