Uruguayo de cuna y bostero de alma, Sergio Martínez era un delantero a la medida de Boca.

El uruguayo fue un goleador intratable que dejó su huella en Boca Juniors. Lo curioso: casi nunca gritaba los goles que hizo.

Un día como hoy, pero en 1969, nacía Sergio Daniel Martínez Alzuri en Montevideo, Uruguay. Conocido por el hincha Xeneize como “Manteca”, se ganó el corazón de la parcialidad boquense a fuerza de tantos, especialmente contra River Plate, y buenas actuaciones.

Desde 1992 a 1997 paseó sus goles por las canchas de Argentina y de Sudamérica y llegó a ser dos veces máximo artillero de nuestro fútbol (Apertura 1993 y Clausura 1997). Con la azul y oro llegó a anotar 87 dianas en los cinco años que vistió dicha camiseta convirtiéndose en el séptimo goleador histórico del club actualmente.

Por otro lado, obtuvo dos títulos que agrandaron más su figura en el equipo de La Ribera: Apertura 1992 y Copa de Oro 1993. Continuando con su palmarés, en el medio de su paso por Boca Juniors, supo ganar la Copa América con Uruguay en 1995 ante su gente.

Para finalizar, totalizó una cifra de 199 goles contando la selección uruguaya. A su vez, dejó su marca en los superclásicos, la cual quedará grabada para siempre en la memoria de la hinchada Xeneize: le metió el 1 a 0 en el certamen del campeón 1992 y dos más en el histórico 3 a 3 en el Monumental en 1997.