Boca pasó de ser un desastre ante Tigre en Victoria a darle un paseo de memoria a River. ¿Qué cambió? Las ganas.

El Xeneize cambió su actitud y fue un equipo completamente distinto a lo que se venía viendo en el campeonato, salió a buscar el partido llevándose puesto a River desde el arranque con mucha garra y solidaridad. Todos tiraron para el mismo lado y dejaron la vida en cada pelota y así jugaron los mejores 90 minutos de todo el 2010 y cortaron una racha de siete partidos sin poder ganar.

Que lejano parece el miércoles 3 de febrero. Es la fecha en la cual Boca obtenía por última vez una victoria, ante Lanús (3 a 1) pasaron Newell’s, Atlético de Tucumán, Godoy Cruz, Estudiantes, Vélez, Racing y Tigre, hasta que la tribuna volvió a sonreír con el pitazo final. Futbolísticamente la situación era desastrosa. No se podía cerrar un 1 a 0 contra el “Pincha” como local a unos minutos de que termine, casi se lo pierde en Liniers después de ir ganando 4 a 2, además de las quejas de los que no son titulares, los que son titulares pero no les gusta en donde los ponen, etc. Hoy todo eso se terminó por lo menos por unas horas.

Es que los jugadores demostraron que no se bancaban más esta situación y en un partido clave la rompieron, jugaron como nunca. Pero ¿qué significa jugar como nunca? El ejemplo más claro fue el de Ezequiel Muñoz, el pibe tuvo que jugar en una posición que no le gusta y que él no conoce, sin embargo bajó la cabeza y salió a la cancha y cuando tuvo que meter fue, saltó y trabó con todo una pelota ganándose el aplauso de toda la platea y hasta del propio Abel Alves.

Otro que la tenía difícil era Monzón, quien no venía jugando bien y por eso lo habían sacado, poco le importó esto. Tuvo la chance y no la desaprovechó. Jugó muy bien y hasta metió un pase gol. Qué decir de Méndez, Jesús tuvo su primera vez como volante central boquense y metió un lujo atrás de otro para distribuir el juego. Por supuesto no se puede dejar afuera la gran actuación de Medel con su doblete con el que se metió en el corazón de los hinchas. Y finalmente el orgullo de todo Boca: Juan Román Riquelme, que estuvo incontrolable como en sus mejores épocas haciendo reaparecer los pedidos de la selección.

Todos estos jugadores que hasta hace poco eran criticados por su falta de garra hoy demostraron que les sobran huevos para jugar, es por eso que ahora salir de la intrascendencia para pelear el campeonato o el ingreso a la Copa Sudamericana, es sólo una cuestión de actitud.