Sebastián Festa, ídolo del club en el básquet, habló sobre su paso por Boca: su fanatismo, los campeonatos, los entrenadores y anécdotas excéntricas de su estadía en la Ribera.

Sebastián Festa jugó en Boca cinco temporadas, desde 1996 hasta el 2000 y salió campeón en la 96/97. Por su entrega y su amor por la camiseta se lo llegó a comprar con Blas Giunta. La semana pasa el base dialogó con la radio Triple Xeneize (lunes a las 22 por Mundo Sur FM). Durante la charla habló de lo que le dejó su paso por el club: “Me quedaron un montón de buenos recuerdos”, empieza. Aunque actualmente admite que no esta yendo mucho a la cancha, dice que la pasión del hincha la lleva muy adentro.

– ¿Cómo fue de aquel primer campeonato, en el 97?

– Fue algo increíble. La gente estaba muy identificada con el equipo desde el año anterior. Había una unión y una energía muy buena, que dio los frutos del campeonato. Pero la movilización de la gente… venía la hinchada, estaban todos muy identificados. Cuando le ganamos a Independiente de Pico esa final, La Bombonerita explotaba. Y la difusión que generó; salimos tapa de Clarín, notas en El Gráfico. Era el despertar de Boca en el básquet. Fue algo inolvidable. Siempre me lo recuerdan y agradecen cuando voy a la cancha.

– Vos en Boca debutaste un par de años antes, con León Najnudel.

– Si, tuve flor de entrenadores en Boca… Najnudel, Julio Lamas, Néstor García, Rubén Magnano, Sergio Hernández. En mi primer entrenamiento con León tuve una anécdota curiosa… nosotros entrenábamos en lo que hoy es el Museo. Entonces León, al ser el primer entrenamiento para muchos en un lugar nuevo, nos dice que intentemos llegar a las diez, pero que si llegábamos 10.15 no pasaba nada. Claro, nosotros entrábamos por la puerta principal del club y como sabrán, siempre hay gente que quiere conocer la cancha, pasear, turistas. Y yo mido 1,76, no doy  jugador de básquet. Entonces quiero entrar y les digo a los de la puerta que soy de la Primera de Boca, y no me creían que jugaba al básquet, se pensaban que venía a conocer la cancha. Miro el reloj y ya se me estaba haciendo tarde, así que en la primera que se descuidan, salto la baranda y entro corriendo, con diez de seguridad atrás que me perseguían. Decí que justo me lo encontré a León y les aclaro que era del equipo… ¡no me dejaban pasar!

– Y después tuviste la posibilidad de ser dirigido por el “Che” García, que hoy justamente es el entrenador de Boca. ¿Que recordás de esa etapa?

– Néstor trajo muchos jugadores de excelencia, como Rodrigo De La Fuente, Rubén Wolkowisky, Daniel Farabello, Alejandro Montecchia. Fueron unos equipos tremendos, llenando todos los estadios del país. Todos querían ver jugar a Boca y Atenas, que eran equipos superlativos. Hoy hay mucha más paridad, antes había solo uno o dos equipos fuertes.

– ¿Cuál era más clásico, o que disfrutabas más en esa época: jugar contra Atenas o contra Ferro?

– Contra Atenas. En el momento glorioso de Ferro, con Miguel Cortijo, yo no jugaba todavía. ¡Contra Atenas era jugar con Marcelo Milanesio y Héctor “el Pichi” Campana, eran los mejores! Con Ferro había una pica especial porque ambos eran de Capital y llevaban dos hinchadas de fútbol, entonces se veía un marco superior al de Boca-Atenas.

– Hablas de que se llenaban todas las canchas, ¿qué recuerdos tenés del hincha de Boca?

– Estar todo el día con las canciones. Me acuerdo una vez en la cancha de Ferro que estaba toda La 12 cantando. Yo estaba defendiendo al base rival y le empiezo a cantar “Las gallinas son así…” y el flaco capaz se desconcentraba y terminaba perdiendo la pelota. Después otra vez me invitaron a la hinchada, me subieron y me preguntaron qué canción quería escuchar. Callaron a toda la gente y empezaron con ese tema que quería oír. Fue un momento increíble, que te halaguen así. Me dieron mucho amor y yo le entregué incondicionalmente mi corazón.

Pero esa no son las únicas historias increíbles que “Paco” tiene para contar. Fanático de Boca, un día cumplió el sueño de muchos cuando entrenó con la primera de fútbol.

– ¿Cómo fue ese día que fuiste a entrenar con el fútbol? ¿Quien estaba en ese momento?

– Fue algo muy lindo. En el básquet siempre me comparaban con Blas Giunta, con Mauricio Serna. Yo juego al fútbol, entonces me empezaron a preguntar y dije que me gustaría tener una posibilidad. Un día me llamaron para un entrenamiento, fue el año que salimos campeón. Me lo comunicó Lamas un miércoles a la noche. Me llamó que quería hablar conmigo y yo pensaba “me habré mandado alguna macana”. Me dice “mañana tenés que estar a las nueve de la mañana con un par de botines, que vas a entrenar con la primera del fútbol”. ¡No lo podía creer! Estaba Nery Pumpido, el ayudante de Bilardo, y me pregunta de qué jugaba. Yo siempre respondo lo mismo “de cinco con llegada” y me mandaron a la cancha. Estaban Giunta, José Basualdo, Alphonse Tchami, Hugo Guerra, Sergio Martínez, Silvio Carrario. En el entrenamiento ganamos4 a3 y yo hice dos goles.

– Ya Bilardo lo estaba por llamar a Lamas para decirle que te quedabas con ellos…

– Claro… en un momento me queda una pelota dividida con Giunta, yo en la cancha no perdía una, revoleaba a todos. Así que me puse duro, lo choqué y lo revolee a Giunta como cinco metros. Los compañeros no lo podían creer. Fue una experiencia hermosa, de las muchas que viví: salir campeón, ganar el primer torneo internacional (Sudamericano de Clubes en Paraguay), infinidad de cosas. Para mi es un honor que la gente se acuerde de mi. No hay plata que iguale el ser reconocido por la gente de Boca, es un cheque al portador, es el premio máximo que podía conseguir en mi carrera deportiva.

Actualmente Festa juega el Torneo Federal con Vélez. Cuenta que esta “con un gran equipo, gran entrenador y con ganas de seguir ganando”. Reconoce que es duro, pero espera poder meterse en los  playoffs: “a mis 40 años poder seguir ganando sería algo hermoso”.