Algunos hinchas se lo entregaron a Tevez a la salida del predio de Ezeiza. Mirá de qué se trata.

El presente de Carlos Tevez puede separarse en dos: el dolor por la pérdida de su padre Segundo y la felicidad por seguir demostrando toda su jerarquía dentro del campo de juego con la camiseta de Boca.

El Apache, ahora el gran sostén de su familia, encuentra en el fútbol un refugio importante para pasar uno de los momentos más difíciles de su vida. Por eso no piensa en dejar de jugar, al menos por ahora, y sueña con seguir dándole felicidad a los hinchas xeneizes.

El cariño es mutuo y se demuestra en todas partes: a la salida del estadio, en las redes sociales y también en las afueras del Centro de Entrenamiento de Ezeiza, donde Sol, Luis y Alma, tres boquenses de ley, lo esperaron para obsequiarle un cuadro que guardará para siempre.

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