En Rosario, Boca jugó un encuentro inteligente, pero cayó por 1-0 ante Newell´s. El culpable fue Luis Rodríguez, que marcó un golazo a falta de cuatro minutos para el final.

En la tarde soleada en el Parque de la Independencia, el partido arrancó con un ritmo frenético. El mediocampo parecía ser una zona de paso para ambos equipos, que lograban llegar con facilidad a las áreas. Igualmente, en los primeros minutos no hubo ninguna acción de riesgo ya que los creativos fallaron reiteradamente en las decisiones finales.

Boca comenzó a ser más punzante a través de remates de larga distancia, tanto de Chávez como de Giménez, que complicaron a Peratta. Poco a poco, el conjunto visitante se fue adueñando del trámite del partido, basándose en las combinaciones del “Pochi” con el pibe Araujo. Newell´s apenas insinuó a través de las pelotas paradas, que surgían de esporádicos contraataques.

Inesperadamente, a los 42 minutos Formica tuvo una chance inmejorable al quedar mano a mano con García. El arquero le tapó la primera chance y el diez rojinegro erró increíblemente su segunda oportunidad.

En el complemento, el primer aviso lo dio el dueño de casa. Sperdutti recibió un centro del “Pulga” Rodríguez y su cabezazo salió cerca del palo derecho de García.

A los 17, Pompei buscó una variante en ataque y colocó a Mouche por Araujo. Unos minutos más tarde, el número siete se hizo sentir en el partido: desbordó por el costado derecho y lo buscó a Palermo, que por muy poco no pudo conectar el balón.

En busca de un poco más de aire, Colazo reemplazó a un extenuado Chávez, que volvió a ser el creador de juego del conjunto del “Tito”, y Méndez hizo lo propio por Erbes, que realizó un muy buen trabajo en la recuperación.

A falta de cuatro minutos para el final, Luis Rodríguez clavó un derechazo al ángulo izquierdo de García, que no tuvo nada que hacer. Así, cuando todo parecía terminar en empate, Newell´s se encontró con la apertura del marcador.

Después de haber hecho un partido inteligente, en el que no pudo convertir las ocasiones creadas, Boca se volvió con las manos vacías de Rosario.