Hacía más de 14 meses que Boca no conseguía una victoria oficial fuera de los límites de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires.

Que últimamente a Boca le cuesta ganar en casa no hay quién lo discuta. Es una realidad que a partir de la llegada de Borghi parece querer revertirse.

Sin embargo, lo que el técnico ya ha conseguido cambiar es la gran racha negativa en la que el Club se encontraba inmerso, desde el 4 de julio del pasado 2009.

Es así. El Xeneize no conseguía una victoria fuera de los límites de la Ciudad de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires desde la última fecha del Torneo Clausura 2009. Hace ya tres torneos.

Aquel último triunfo fue en la provincia de Santa Fe, en el estadio Brigadier López, casualmente por 3 a 1 frente al local, Colón.

En un torneo para el olvido, con el marcador en contra y con un jugador expulsado, ni más ni menos que Juan Román Riquelme, la nueva derrota parecía sólo cuestión de tiempo.

Pero el orgullo bostero había sido más fuerte.

Con dos goles del interminable Palermo, y otro del santafecino Seba Battaglia, Boca daba vuelta el marcador para cerrar una primera mitad de año, que, por lo menos, había dejado aquella alegría.

Desde aquel encuentro, ya lejano en el tiempo, Boca había perdido en el interior contra Atlético de Tucumán, Rosario Central, Newell’s y Colón, que se tomaba revancha.

Y sólo había empatado en dos oportunidades, por el mismo resultado y contra el mismo rival: 1 a 1 frente a Godoy Cruz.

14 meses, 6 partidos, 3 campeonatos.

Finalmente, este Boca que a veces parece candidato, cortó otra racha negativa.