Aquel tramo de principios del 2020 queda como un lindo y lejano recuerdo. Un Boca vertical, con un Carlos Tevez brillante que se reencontraba con su mejor versión, Villa y Salvio imparables en las bandas y un doble pivote conformado por Jorman Campuzano y Pol Fernández que garantizaba marca, dinámica y juego. El segundo ciclo de Miguel Ángel Russo había arrancado de la mejor manera.

Pero desde que se retomó la actividad después de la pandemia -hace ya casi un año- el Xeneize no encuentra el funcionamiento futbolístico, el cual parece haber tocado fondo este semestre. Boca no sólo no hace goles: si no que tampoco tiene oportunidades ni llega con peligro al área rival. Y se apoya en una solidez defensiva sostenida por la jerarquía de los nombres que ocupan la zaga central (llámese Izquierdoz, Rojo, Zambrano o López).

Salvando alguna primavera que tuvo como protagonistas a los juveniles del club, hace rato cuesta destacar cosas positivas en el andar del equipo. Que juega cada día peor y ya no tiene individualidades que le resuelvan los problemas.

A continuación, un repaso de cinco errores de Miguel Ángel Russo en el 2021 que llevaron al Xeneize a pasar un momento de crisis futbolística:

Desistir de un 9: Desde que está en Boca, Miguel Ángel Russo nunca priorizó jugar con un centrodelantero de área. En su mejor versión, el que ocupaba ese lugar Franco Soldano, quien pisaba poco y nada el área. Después utilizó a Carlos Tevez en esa posición y ahora a Norberto Briasco. Tuvo en el plantel a nombres como Wanchope Ábila y Walter Bou, quienes sin lugar en el primer equipo tuvieron que salir del club. El juvenil Luis Vázquez tampoco tuvo muchas oportunidades y el Xeneize sufre las consecuencias de no tener una referencia de área.

Sacarle lugar a los juveniles: “Llevarlos de a poco”, es la frase que utiliza el entrenador en conferencia de prensa cada vez que le preguntan al respecto. Pero la pérdida de lugar de los juveniles en primer equipo es, al menos, preocupante. El mejor Boca de los últimos surgió del tridente Medina – Varela- Almendra y estos tres (Almendra por una lesión) perdieron mucho lugar en el primer equipo. Zeballos, otra de las promesas que había insinuado en cada una de sus apariciones en primera, también fue borrado y ya no suma minutos.

Sacar a Alan Varela y Lisandro López: La mejor aparición del último tiempo en Boca sin lugar a dudas es la de Alan Varela. Con tan solo 19 años, el volante se convirtió en el cinco titular y comprobó su jerarquía y proyección con un semestre brillante. Sin embargo, en el último mercado de pases Boca incorporó a Esteban Rolón y el jugador proveniente de Huracán se quedó con el lugar de Alan, que tiene cada vez menos minutos en Primera. Las veces que le tocó ingresar, al juvenil se lo vio falto de confianza por la decisión del DT. Un paralelismo se puede trazar con la situación de Lisandro López, a quien ya hace tiempo le tocó perder el puesto habiendo demostrado un buen nivel dentro de la cancha.

Mala lectura de los partidos y cambios tardíos o errados: Arraigado a una vieja escuela, el entrenador es de varias poco su once respecto al rival. Y cuando lo hace, es para protegerse y sumar gente en la linea defensiva. Cabe destacar que Miguel está aprobado en sus planteos contra River, sin embargo Boca es un equipo que no suele tener una respuesta en el banco de suplentes cuando la mano viene torcida. El ejemplo más claro fue en las semifinales de la Copa Libertadores, contra Santos, cuando el DT hizo dos cambio puesto por puesto cuando el equipo necesitaba ir por la victoria y tenía en el banco a Edwin Cardona y a Wanchope Ábila.

Falta de autocrítica: Quizás el error que sintetice todos los anteriores. Al menos puertas para afuera, el entrenador nunca asumió las debilidades del equipo y muchas veces su análisis estaban muy lejos de lo que la realidad demostraba.