En esta sección, hablamos exclusivamente de fútbol: esquemas, cambios, asociaciones y más. En esta entrega, la victoria del Xeneize en La Bombonera.
Formación inicial: Trípodi y Erbes fueron los naturales reemplazantes de Orion y Gago, con la Selección. Riquelme arrancó como titular y Bianchi probó lo que todos pedían: juntarlo con Acosta. El juvenil jugó de extremo, con Gigliotti como referencia.
Excesiva tenencia: sobre todo en el primer tiempo, donde Boca dominaba en el juego pero no en el resultado, hubo mucho traslado de pelota y poco pase corto, rápido. Esta acción, que se vio en varios jugadores, disminuía el ritmo de los ataques y hacía que la presión de Olimpo surta efecto. Un factor para no descuidar.
Acosta, lanzado al ataque: el juvenil, con el ingreso de Riquelme, jugó de extremo y lo hizo muy bien. Clave en el ataque, la gran mayoría de las jugadas de peligro tuvieron su protagonismo. Otro gran partido para un chico que no deja de sorprender.
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El factor Forlín: Juan llegó a Boca para ordenar la defensa y lo logró. El jugador más regular en lo que va del torneo, tuvo otra gran noche. Seguro con los pies y ganando en el juego aéreo, en él Bianchi encontró al mariscal que buscaba.
El 1 a 0: gran subida de Marín, que tira un centro por abajo. Erbes lo desvía sabiendo que Sánchez Miño ya estaba esperando atrás para empujarla. Gran acción en velocidad de equipo.
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El poderío de los laterales: gran partido de Insúa y Marín. El “Pocho” fue muy peligroso en ataque y no pasó problemas en defensa. Leandro se quedó un poco más pero cuando se animó, como en el gol, fue una buena alternativa. Importante después de un 2013 con irregularidades en ambos puestos.
El 2 a 0: muy bien avance de Insúa, quien es claramente derriba. Fue penal. Riquelme se encarga de cambiarlo por gol para que la fiesta en La Bombonra llegue a su punto máximo.
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El aporte de Riquelme: el capitán volvió a ser titular y colaboró con el equipo. Lo mejor de su vuelta es que potenció las sociedades en ataque: Sánchez Miño entró más en juego y Acosta pudo explotar aún más sus condiciones. Coronó con el gol una aprobada actuación, sin lucirse pero dándole manejo a los avances.
Los cambios de Bianchi: con el resultado a favor, Diego Rivero ingresó por Erbes para darle más seguridad al mediocampo. La obligada salida de Forlín le dio lugar a Claudio Pérez y Riquelme salió para los aplausos (lo reemplazó Claudio Riaño). Cambios de nombres pero no de esquema.
Para trabajar: el excesivo traslado de pelota es uno de los factores que le quita “sorpresa” a los ataques.
