Gustavo Alfaro agarró un fierro caliente en Boca. El hoy DT de Ecuador asumió en el Xeneize a principios del 2019, luego de la derrota en la final de Copa Libertadores ante River en Madrid y estuvo en el cargo hasta el final de ese año. Luego, la nueva comisión directiva decidió no renovarle el contrato.

En diálogo con TyC Sports, “Lechuga” analizó lo que significa el Mundo Boca y su paso en el banco de suplentes del Xeneize:

Ya lo dijo Miguel (Ángel Russo): en Boca, una hormiga es un elefante. Era un año muy difícil el que nos tocó, nada más y nada menos que después de perder la final de la Copa Libertadores con River. Nos cerramos. Las cosas que había que hablar, morían en el vestuario. Si dejábamos trascender, iba a generar una repercusión que nos iba a dañar. Por suerte, no hubo ningún problema. Valoro mucho la predisposición de los jugadores”.

Además, destacó:

“La idea nuestra era hacer la transición, hacer una base, preparar todo lo que venía. Sentíamos que lo que había que ajustar era muy poquito. El equipo estaba. No se pudo porque se cruzó la política. No se pudo terminar el proceso de trabajo. Debería tener más cuidado con determinadas declaraciones en determinados momentos. Ahí uno comprende lo que es Boca”.