El 21 de junio de 2000, Boca pisó fuerte en el Morumbí, se le plantó al Palmeiras y, luego de igualar en cero durante los 90 minutos, terminó ganando la Copa Libertadores a través de los penales.

Óscar Córdoba se hizo grande bajo los tres palos, atajando dos remates. Juan Román Riquelme, Martín Palermo y Guillermo Barros Schelotto acertaron sus tiros. Y Jorge Bermúdez hizo lo propio para definir el trámite.

El final de la película es conocido por todos: el trofeo viajó hacia la Ribera después de más de 20 años y el pueblo boquense invadió las calles para celebrar un campeonato inolvidable.

El recuerdo por parte de la cuenta oficial de Boca:

La inolvidable charla entre Román y Diego, quien esa noche comentó el partido:

Esto decía Carlos Bianchi ante la prensa: