Boca sufrió ante Cruz Azul, pero se impuso en los penales. La Bombonera, con Román en cancha y Maradona en el palco, fue una fiesta.

El tiempo pasa pero no puede matar a los recuerdos. Un día como hoy, pero del 2001, Boca ganaba su cuarta Copa Libertadores y la Bombonera deliraba tras una agónica definición por penales frente al Cruz Azul.

Juan Román Riquelme, luego de un rezo que quedará en la retina del pueblo xeneize, paseó el trofeo por toda la cancha y hasta se lo ofreció a Diego Armando Maradona, quien festejaba con los suyos en el palco.

Hoy, a 20 años de aquel inolvidable bicampeonato, el club decidió homenajear a algunos de los jugadores que lograron aquella Copa y dejaron al equipo en lo más alto del continente.

Carlos Bianchi, el padre de la criatura, es el último director técnico en haber ganado dos Libertadores de manera consecutiva. Parecía fácil, pero quedó demostrado que no es para cualquiera. Volveremos a vivir tiempos de gloria, solo es cuestión de esperar.